El suicidio

En nuestra sociedad el suicidio es un tema tabú. No se habla de él, no se comenta y no se nombra. De alguna manera actuamos como el avestruz que cuando atisba un peligro se apresura a hacer un agujero en la tierra y allí esconde la cabeza pensando que al no ver la amenaza esta ya no existe. El año pasado en España los suicidios aumentaron un 11% y en Catalunya un 35%, y han sido en los últimos años la primera causa de muerte entre los menores de 34 años.

El gran literato Albert Camus nos define el suicidio como el único problema filosófico importante y Mariano José de Larra nos dijo que en el fondo el suicida es un cobarde que abandona las nobles luchas de la vida apelando para ello a la tragedia e insensatez del suicidio.

Quisiera enviar un mensaje de ánimo, ilusión, coraje y esperanza a todas las personas que alguna vez han pensado en ello y decirles que la vida, de la que sólo disponemos de una, es entrega a los demás, es el más maravilloso de los dones y la más hermosa y fascinante de las aventuras. El suicida no arregla absolutamente nada y además deja marcado para siempre a su entorno familiar. El posible suicida necesita ayuda, comprensión, afecto, y al más mínimo síntoma, actuar con celeridad.

Torre-serona