La Vanguardia (Català-1ª edició)
Capital del turismo sin turistas
Desde siempre Catalunya y su capital han apostado por el turismo. Barcelona está en la primera división mundial turística, porque desde siempre políticos, empresarios, trabajadores autónomos, taxistas, restauradores, todos hemos entendido que el turismo o la capacidad de atracción de una ciudad deben traducirse finalmente en calidad de vida para todos, si la cosa se gestiona correctamente.
Por supuesto todo tiene un precio. Es un hecho que los turistas nos han desbordado o tal vez no sabemos lidiar con sus inconvenientes. Mi certeza es que el problema son nuestros políticos. Queremos mantener inmensas nóminas municipales, necesitamos más impuestos, pero todo ello sin gestionar y encima ahora sin turistas. ¿Cómo se come esto?
No podemos vivir sólo del IBI, es un impuesto en la frontera de la legitimidad confiscatoria. Si no hay actividad local, hay que reducir, como sea, el peso de todo el sector público a sus expensas. Un sector, el público, que acapara recursos y no simplifica. Recorta en sanidad y educación y gasta en administrar y prohibir.
Creo que definitivamente vivimos en un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes que, en la mayoría de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la política el más relevante modo de ganarse la vida.
Europa entera es un parque temático. Londres y París ya planifican y se preparan para aumentar el número de turistas en los próximos años. Aquí, en Barcelona, damos un paso atrás y decretamos una moratoria. ¿El problema en Barcelona son los turistas o sus gestores públicos?
JOSEP ROSELLÓ RUBIÓ Suscriptor L’Ametlla del Vallès