La Vanguardia (Català-1ª edició)
UAB e Israel
Leo con atención la columna de Pilar Rahola “Disparate en Bellaterra” (Opinión, 16/I/2016). Realmente a veces las instituciones cometen errores y yo como presidente del Consell Social de la UAB me siento, a título personal, avergonzado por lo que sucedió en el claustro del pasado mes de diciembre. Sinceramente debo decir que, en mi humilde opinión, creo que el sistema de governanza de la universidad pública demuestra en ocasiones que está desfasado, anticuado y además parece que sirve para potenciar a aquellas minorías que pretenden destruir y no ayuda a incentivar la participación de la mayoría.
Me gustaría decirle a Pilar Rahola que, desde mi posición en la UAB, nada más lejos de la realidad que excluir a Israel y a todo su ecosistema universitario, docente, investigador y de transfe- rencia de relacionarse con nuestra universidad, institución que a pesar de sufrir en los últimos años recortes importantes, no sólo ha mantenido su calidad sino que ha mejorado su posición en los rankings mundiales. Y esto sí que es fruto del enorme trabajo, talento, esfuerzo y colaboración de la mayoría de la gente de la UAB con instituciones de todo el mundo incluido Israel, país con el que recientemente establecimos una interesante colaboración a nivel de benchmark en el ámbito de la investigación y la transferencia, concretamente con la Universidad de Jerusalén.
Es por ello que creo que lo que se dijo y votó refleja para mí que, a veces y en algunos foros, la poca representación del sentir general de la UAB está ausente. Quizás me equivoque aunque realmente no creo que sea así. Si de algo se precia la UAB es de ser una universidad abierta a todas las ideologías, pero decididamente opuesta a la exclusión por razones de credo religioso, político, raza, origen, género o lo que fuere y que yo sepa siempre ha rechazado a nivel institucional cualquier manifestación que pueda interpretarse como antisemita.
GABRIEL MASFURROLL
President Consell Social UAB