La Vanguardia (Català-1ª edició)
¿Cómo mitigar el riesgo?
Imaginemos
una empresa, cualquiera, no importa su tamaño, ni tampoco el sector en el que opere o dónde esté ubicada. En función de nuestras vivencias, unos se estarán imaginando una gran multinacional del sector financiero, otros un pequeño negocio familiar y otros su próximo proyecto empresarial.
Todas estas empresas tienen algo en común y es que continuamente están expuestas a riesgos e incertidumbres de todo tipo. Como ya dijo Frank H. Knight (1921), emprender es en sí mismo un riesgo y mientras existan riesgos e incertidumbres existirán las empresas aseguradoras. Todas las empresas utilizan los seguros en mayor o menor medida para garantizar la estabilidad de sus negocios. Es por eso que el tamaño mundial de este sector es de casi 5 billones de dólares (o 5 trillones si utilizásemos la nomenclatura anglosajona).
¿Pero, qué riesgos aseguran las empresas?
Existen todo tipo de seguros, desde los más tradicionales, como el seguro de un coche, a los más exóticos, como asegurar la voz de un músico o la potencial pérdida de un elevado número de empleados en caso de que ganen la lotería.
Si nos enfocamos en el ámbito empresarial, prácticamente todas las compañías tendrán una póliza que proteja sus activos, como por ejemplo un seguro de incendios. También es común contar con un seguro de responsabilidad civil o un seguro contra el robo.
Empresas más grandes pueden permitirse ofrecer seguros médicos a sus empleados, lo que mejorará la valoración de la empresa tanto interna como externamente y contribuirá a retener talento en la organización. Además, en este tipo de organizaciones empezamos a encontrar seguros relacionados con su actividad, como seguros contra el riesgo climático o contra delitos informáticos.
Por lo tanto, si analizásemos el balance de una empresa, veríamos que los gestores habitualmente aseguran su maquinaria, sus inversiones inmobiliarias, su propiedad intelectual, sus existencias o incluso la evolución no esperada en los tipos de cambio. Sin embargo, existe una partida del balance, de hecho una de las más importantes, que rara vez se asegura. Esta partida son los derechos de cobro, o lo que es lo mismo, la cuenta de deudores comerciales y otras cuentas a cobrar.
Continuamente se dan situaciones en las que los clientes finales retrasan pagos o se declaran insolventes, lo que tendrá un impacto negativo en la estabilidad de cualquier empresa, incluso pudiendo poner en peligro su continuidad.
Pero, cabe destacar que cada vez es más frecuente que auditores, empresas de rating, comités de riesgos de bancos e incluso las Autoridades Regulatorias valoren positivamente a las empresas que protegen esta partida de su balance. Con esta tendencia, probablemente veremos en los próximos años como las aseguradoras de crédito toman un papel aún más relevante en el tejido empresarial de cualquier país.
UNA DE LAS PARTES MÁS IMPORTANTES DEL BALANCE, RARA VEZ SE ASEGURA LAS ASEGURADORAS DE CRÉDITO TENDRÁN UN PAPEL CADA VEZ MÁS RELEVANTE