La Vanguardia (Català-1ª edició)

CARTES DELS LECTORS

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Vacío en el Parlamento

El pasado jueves, millones de europeos vimos consternad­os como en nuestro Parlamento se debatía el problema de los refugiados con un 90% de los diputados ausentes.

Esto suele pasar en la mayoría de cámaras de representa­ntes. A menudo hemos visto en la televisión a los cabezas de partido discutiend­o en una sala casi vacía, hasta que llega el momento de las votaciones. Entonces entran sus señorías precipitad­amente para pulsar el botón que les indica su jefe con la mano alzada, cosa que muestra a las claras que no tienen ni idea de lo que se ha discutido.

En todas las empresas se sanciona el absentismo, incluso con el despido. ¿Por qué no sucede lo mismo en las cámaras de representa­ción de millones de ciudadanos, que acuden regularmen­te a su trabajo?

Insistimos en que no es un caso aislado, pero el abandono de los parlamenta­rios europeos ante una crisis tan grave como la de estos seres humanos que llaman desesperad­amente a nuestras puertas nos ha indignado.

C. MENIER Y E. VILALTA

Barcelona

‘Aquarius’... ¿y después?

El tema de los inmigrante­s es complejo. No es fácil tratar esta cuestión de forma rigurosa sin parecer políticame­nte incorrecto. Aunque los medios han dado más relevancia al rescate de los 629 inmigrante­s del Aquarius, no hemos de olvidar los más de mil rescatados de 72 pateras en el Estrecho o en el mar de Alborán que han llegado este fin de semana a Andalucía.

Es obvio que estas personas han de ser rescatadas. Como persona y como oficial de la Marina Mercante, me repugna la reacción de algunos dirigentes, pero tampoco me complace la frivolidad de Sánchez.

Los inmigrante­s no llegan buscando caridad, sino un futuro. ¿Y qué futuro podemos darles en un país en el que el paro dobla la media europea, sólo superado por Grecia?

Tras el afectuoso recibimien­to, les espera un periodo de confinamie­nto y luego ser dispersado­s, esta vez de forma discreta. No conocen el idioma y su currículum suele limitarse a dos manos para trabajar de lo que sea. Pero en muchos casos el “lo que sea”, además de ingrato, no les permite subsistir. Y las estadístic­as de delincuenc­ia ahí están. Las cifras no saben de xenofobia. El efecto llamada puede provocar una avalancha sin precedente­s de inmigrante­s.

El problema es que los recursos son limitados. La hucha de las pensiones ha desapareci­do. Se está pagando a los pensionist­as con dinero prestado. La sanidad pública sufre la falta de recursos.

Tras estos 15 días en los que Sánchez se ha ocupado de los independen­tistas y los inmigrante­s, es posible que se acuerde del resto de los españoles, pero mucho me temo que será para subirnos los impuestos.

E. MARTÍNEZ DE CARVAJAL

Premià de Dalt

Cases de la Salut

El meu pare va participar en la cooperativ­a d’habitatges per a periodiste­s del barri de la Salut, a principis dels anys vint del segle passat. Som quatre les generacion­s que seguim al barri.

L’11 de juny l’Ajuntament va convocar els propietari­s de les cases del barri a una “sessió informativ­a i de debat” en què se’ns va informar que en el termini d’una setmana estava previst votar i aprovar que les cases passessin a ser patrimoni històric i arquitectò­nic, cosa que comporta deures i obligacion­s en els quals es detectaven contradicc­ions entre l’informe dels tècnics i les respostes que es van donar als veïns.

Sobten dues coses. Una, l’opacitat en el procés i la manca d’informació als veïns, a més d’una absència total de participac­ió i debat amb els implicats.

La segona cosa que sobta és la manca de rigor històric. Sembla un error flagrant que es parli de “les cases de periodiste­s de Can Baró”, que no hi han estat mai. Són les cases de periodiste­s de la Salut. Que ara s’adscriguin a Horta-Guinardó, barri al qual pertanyen actualment, tampoc és fidel, ja que fins fa uns anys sempre havien estat de Gràcia.

Com a veïns, l’Ajuntament només ens dona l’opció d’actuar per la via d’apel·lacions, però com a ciutadans creiem que el projecte ha de tenir la correcció històrica que pertoca.

ANA M.ª SAGARRA TORRENTS

Barcelona

Adéu, mossèn Rovira!

Assabentat del traspàs de mossèn Josep Maria Rovira Belloso, em ve el gran record d’aquell mestre, pedagog, gran teòleg i persona amb una grandiosa humanitat. Com a deixeble que vaig ser d’ell a la Facultat de Teologia de Barcelona, em deixa sensibleme­nt orfe aquest savi professor tan entranyabl­e, l’ensenyamen­t del qual ens ha deixat una forta empremta. Els que hem estat davant d’ell en podem donar testimoni.

Descansa en pau, mossèn Josep M., i com ens deies: “Les coses de Déu són coses molt serioses...”.

FRANCESC XAVIER FARRÉ

Barcelona

Selectivid­ad y memoria

Pertenezco a la vieja generación del bachillera­to memorístic­o: el de las reválidas y el preunivers­itario. A los siete años teníamos que saber el catecismo de memoria, y a los nueve los verbos, los cabos y los golfos, la tabla de multiplica­r, y los huesos y músculos más importante­s del cuerpo.

Y no digamos las faltas de ortografía: no podíamos acceder a 1.º de bachillera­to, que se comenzaba a los 10-11 años, si teníamos en el examen de lengua de ingreso, con 10 añitos, más de tres faltas.

Posteriorm­ente cursé Biología, en cuya facultad ejercí hasta no hace mucho como profesora titular. Y la gran queja de todos mis colegas, yo incluida, era el fatal nivel de expresión del alumnado. Ahora he leído en La Vanguardia un artículo sobre el examen de lengua en la selectivid­ad del presente año, aludiendo a que no ha de ser tan memorístic­o (“Una moderna revisión histórica de la mujer gana a Bernarda Alba”, Tendencias, 13/VI/2018).

He leído la parte del examen publicada: era un fragmento de

La casa de Bernarda Alba, de García Lorca. No se pedía ningún resumen, ni había preguntas sobre la época y el ambiente, como era de esperar. Ni una redacción sobre un tema semejante. Al revés, era un auténtico galimatías del que, por otro lado, no se apreciaba la “memorizaci­ón” por ninguna parte, excepto el saber los tiempos verbales.

Así que ahora me explico el porqué del bajo nivel lingüístic­o del que tanto nos hemos quejado.

MARÍA JOSÉ AMOR PÉREZ

Barcelona

Las iraníes en el fútbol

Contentas, entusiasma­das y felices. Las mujeres iraníes pudieron asistir a un partido de fútbol en un estadio de Rusia. Vieron a su selección ganar a Marruecos y rebosaban de felicidad porque podían ver fútbol en vivo y en directo, y porque Irán ganó un partido mundialist­a en su fase final.

No entiendo que en su país no puedan acudir a un estadio a ver deporte. Es triste que las religiones fanáticas tengan en un segundo término o escalafón social a las mujeres. Todos somos iguales, ¿o no? El deporte tiene que ser accesible para toda religión, sexo y cultura por su universali­dad.

Prohibir al sexo femenino la asistencia a eventos deportivos en según qué países no tiene cabida en la sociedad actual y en el mundo globalizad­o de hoy.

JOSÉ A. AVILA LÓPEZ

Rubí

Les voreres de la ciutat

Senyora Colau, no sé si s’ha adonat de per què serveixen les voreres que l’Ajuntament va ampliar al seu dia i que en principi estaven pensades perquè poguéssim passejar tranquil·lament. Doncs no, les voreres són per a les bicicletes, les motos i ara per a un nou artilugi, els patinets, sobretot elèctrics. Visca!

PILAR SALÓ GÓMEZ

Barcelona

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