La Vanguardia (Català-1ª edició)
Día triste en Montserrat
Era un día triste y especial en la abadía de Montserrat. Estaban de luto. Personas de todas las nacionalidades se agolpaban a las puertas de la basílica queriendo entrar, preguntando al personal de seguridad sin molestarse en leer los carteles en tres idiomas que lo explicaban. Se celebraba el funeral de uno de los monjes.
El cortejo fúnebre salía de la basílica, con el féretro llevado a hombros. En la plaza, japoneses grabándolo todo. Un grupo de italianos vociferando. El personal de seguridad pidiendo respeto. Personas visiblemente alteradas por no poder entrar a ver a la Virgen, sin ningún respeto hacia el fallecido. En esos momentos de espera angustiosa, se nos olvida la humanidad que nos debería caracterizar a los seres humanos.
Al pasar las dos horas y media, abrieron las puertas. La multitud corría para tomar asiento y oír cantar a la Escolania. Y por fin salieron los niños del coro. Unos mexicanos simpáticos los llamaban curitas. Los japoneses no paraban de hacer selfies y grabar. Yo observándolo todo, incrédula de ver unas escenas que parecían de una película de Berlanga, pero era la cruda realidad.
Mi más sincero pésame.
ANDREA CABELLO MURILLO
La Bisbal d’Empordà