La Vanguardia (Català-1ª edició)

061, un moment

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“En aquests moments el nostre personal mèdic està atenent altres consultes. No pengeu. La vostra trucada serà atesa al més aviat possible”. S’imaginen vostès sentir això durant vint-i-cinc minuts quan la vostra dona està tremolant, ja que fa deu hores que li han posat la vacuna AstraZenec­a?

Per sort la doctora que s’hi va posar ens va tranquil·litzar, però si el Servei Català de Salut no té prou metges, que en contractin més, que per a altres coses sí que hi ha calés de sobres.

Rafael Estrada Castellar del Vallès Después de un año de pandemia, vivir en el extranjero deja de ser una aventura enriqueced­ora para transforma­rse en una aventura inquietant­e.

Con los cierres de las fronteras y todos los requisitos que son necesarios para volver a casa, tenemos la sensación de estar encarcelad­os en nuestra propia vida. Nadie nos obligó a irnos, pero tampoco nadie nos avisó de que deberíamos pedir permiso para volver. Vivo con la ilusión de que abran las fronteras de Portugal para abrazar a nuestra familia.

Las videollama­das ya no son suficiente­s, necesitamo­s la calidez de un contacto próximo y cercano.

Estoy segura de que muchos me entenderán, con la certeza de que ya falta un día menos para volver.

Ariana Aragón Clota

Oporto que es uno de los más afectados por la pandemia. Hay gente de este ámbito que lo ha pasado verdaderam­ente mal. Dedicarse a la cultura no es fácil; y vivir de la cultura es únicamente pasión y vocación. Debido a las medidas de seguridad por la covid, muchas escuelas de danza se han visto obligadas a cerrar o a reducir el número de alumnos. Por eso, ahora más que nunca, tenemos que apoyar a las pequeñas escuelas relacionad­as con la cultura, y también a todos aquellos artistas que han tenido que dejar los escenarios.

La cultura es segura, es educación, y es creación de arte.

Elsa Rivilla Aguilera Sant Climent de Llobregat

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