La Vanguardia (Català-1ª edició)
Dos pandemias, aquí y ahora
Luego de una pandemia planetaria se produce un caos, una desorientación colectiva y una depresión generalizada. Ello ha sucedido otras veces a lo largo de la historia de la humanidad. Pero esta vez es muy diferente: hay dos pandemias superpuestas, quedando una casi oculta. El eterno negativismo, infinitamente más peligroso y letal que la actual vírica, se ha manifestado públicamente al atacar a su hermana y luchar fratricidamente para silenciarla, quedando como indiscutible rey de todas las pandemias habidas y por haber. Tanto es así que se ha jactado de invertir el axioma hasta ahora incuestionable “dependemos de la naturaleza” por “la naturaleza depende de nosotros”. Los negacionistas han pasado a negar la realidad, la ciencia y la evidencia, acelerando un triste y previsible final.
Esto es muy serio y ocurre por primera vez en nuestro decurso vital, creyendo que con un apólogo inventado, o fábula al modo esópico, aportamos nuestro granito de arena al alertar del real peligro a la sociedad. Al protagonista de esta ficción le suceden toda clase de terribles desventuras imaginadas por una mente enfebrecida, de las que citaremos: cambio climático, deforestación, contaminación, uso de combustible fósil, explotación exhaustiva de ganaderías y pesquerías, extinción de especies insustituibles, monocultivos excluyentes, fomento del consumo alimentario insano y sustancias tóxicas, relaciones personales y sociales robotizadas, progresión exponencial de la riqueza de pocos frente a la penuria de muchos, etcétera, convirtiéndose en parte integrante del final.
Desgraciadamente, esta retahíla de horrores y despropósitos no es apólogo ni fábula, es la pura y durísima realidad. Debemos reflexionar ante la oportunidad única que tenemos de invertir los signos y las tendencias en la posible regeneración del planeta.
M. Castells Plandiura