La Vanguardia (Català-1ª edició)
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La mitad de la humanidad vive en ciudades, más del 80% en el caso de España, y se espera que la cifra se eleve a los 5.000 millones de personas en los próximos diez años. Además, las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía, y el 70% de la infraestructura que se necesitará para albergar el crecimiento de la población urbana global en 2030 aún no se ha construido. Un reto y una oportunidad.
Por estos motivos y muchos otros, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, el número 11, se centra en las urbes, con el fin de que estas sean más inclusivas, seguras, resilientes y, sobre todo, sostenibles. Y, ¿qué significa que una ciudad sea sostenible? Según Intermón-Oxfam “es aquella que ofrece calidad de vida a sus habitantes sin poner en riesgo los recursos, ya que vela también por el bienestar de la humanidad futura y procura la justicia social”.
La mayoría de las ciudades del mundo están haciendo los deberes y avanzan hacia la sostenibilidad, porque se juegan el futuro: cada vez están más pobladas, consumen muchos recursos y ellas solas son las culpables del 75% de las emisiones totales de carbono. La mala calidad del aire a causa del tráfico y las industrias afecta directamente a los ciudadanos, provocando 45.000 muertes al año en España, según fuentes de Greenpeace, que añade que el 30 % de ellas se produce en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona.
Además, las emisiones contaminantes son un factor clave del cambio climático que también afecta a urbes y ciudadanos. El aumento de temperaturas comporta sequías extremas, más olas de calor, temporales e inundaciones y la subida del nivel del mar, un riesgo altísimo para las ciudades costeras. De hecho, según estimaciones de Naciones Unidas, al menos 130 ciudades portuarias se verán afectadas por inundaciones costeras en los próximos años.
A partir de los ODS de la
ONU, la consultora internacional Arcadis, en colaboración con el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU- HABITAT), realiza cada año un listado de las ciudades más sostenibles del mundo. Para las conclusiones, los expertos se sustentan en tres pilares fundamentales: las personas, su calidad de vida y oportunidades sociales; el planeta, por el uso energético, contaminación y emisiones, de la ciudad; y la economía. En el último ranking publicado dominan las ciudades europeas en los primeros puestos, seguidas de las asiáticas y de Estados Unidos. Londres encabeza el listado, seguida de Estocolmo, Edimburgo, Singapur, Viena, Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU se centra en el futuro de las ciudades, que deberán abordar el difícil equilibrio entre mantener el nivel de vida de los ciudadanos, proteger sus recursos y reducir su impacto
Zúrich, Múnich, Oslo, Hong Kong y Frankfurt. Barcelona y Madrid quedarían entre las 30 primeras, exactamente en los puestos 28 y 21 respectivamente, aunque “si nos centramos únicamente en factores medioambientales, ambas ciudades mejoran sus posiciones”, afirman. Nueva York, San Francisco y Seattle son las únicas ciudades de Estados Unidos entre las 20 primeras.
Arcadis destaca Londres por su alta puntuación en cuanto a bienestar para los ciudadanos, por la calidad de la vida laboral, con pocas desigualdades y que favorece la conciliación familiar, y por sus infraestructuras, como el transporte y la conectividad. Además, su potente economía permite afrontar los retos de futuro y diseñar un crecimiento sostenible.
Londres tiene actualmente 8,6 millones de habitantes y se prevé que en 2025 la cifra
ascienda a los 10,5 millones. El Ayuntamiento está trabajando en propuestas de futuro para mejorar la calidad de vida de los londinenses mejorando el transporte público y fomentando los recorridos a pie. En el primer caso el objetivo es conseguir que en 2041 el 80% de todos los desplazamientos particulares se realice en transporte público o bicicleta -actualmente es el 63%-; mientras que para mejorar la salud de la población se plantean crear una red de calles para que los peatones dediquen al menos 20 minutos de su viaje a hacerlo a pie. Londres también quiere reducir las emisiones a cero en 2050.
Estocolmo está considerada la urbe más verde del mundo y ocupa el segundo puesto del listado de Arcadis. Para la consultora su inversión en infraestructuras sostenibles, las bajas emisiones y la buena calidad del aire justifican su liderazgo en sostenibilidad medioambiental. La capital sueca ya fue elegida en 2020 como la Ciudad más Inteligente del Mundo, por sus innovaciones medioambientales y digitales dirigidas al bienestar de sus habitantes. Es una de las capitales europeas de más rápido crecimiento pero planea tener una huella de carbono positiva para el año 2040.
Edimburgo se gana el tercer puesto gracias a su apuesta por los ciudadanos porque combina una mano de obra de alta cualificación y saludable, con un reparto razonablemente equitativo de los ingresos. Los expertos también destacan que la vida es asequible en la ciudad y el acceso al transporte público, fácil. Recientemente, Edimburgo ha puesto en marcha el City Mobility Plan 2021-2030, para el fomento de la movilidad sostenible, con mejoras en el transporte público. Para ello, se crearán hubs de movilidad y se pondrá en marcha de un centro de operaciones para monitorizar el tráfico urbano. El objetivo es lograr un transporte descarbonizado, mejor conectado y más seguro.
La primera ciudad asiática que aparece en el listado es Singapur, que consigue la cuarta posición por su elevado nivel de empleo y alto rendimiento. La ciudad-isla, igual que Londres o Hong Kong, obtiene muy buena puntuación en conectividad e investigación y desarrollo desde las universidades. Además, ante el aumento de la población -se estima que superará los seis millones de habitantes en 2030- el Gobierno ha trabajado para mejorar la movilidad y la conectividad dentro de la ciudad, y se ha marcado como