La Vanguardia (Català-1ª edició)

PPuullmmoo­nneess vveerrddee­ss ppaarraa llaass cciiuuddaa­ddeess

-

La falta de espacios verdes en la ciudad mata. Las urbes europeas podrían evitar hasta 43.000 muertes al año si cumpliesen con las indicacion­es de la Organizaci­ón Mundial de la Salud de acceso a espacios verdes, según el estudio de un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), impulsado por la Fundación “la Caixa”. La investigac­ión ha analizado más de 1.000 ciudades de 31 países europeos y ha elaborado un ranking de las ciudades europeas con mayor mortalidad atribuible a la falta de espacios verdes. Los datos se han publicado en The Lancet Planetary Health.

Entre las ciudades de más de 100.000 habitantes estudiadas, Trieste y Turín en Italia, Blackpool en Reino Unido, Gijón, en España, y Bruselas, en Bélgica, ocupan los primeros puestos de la lista por orden de primera a quinta. Son las ciudades con mayor carga de mortalidad atribuible a un menor Índice de Vegetación de Diferencia Normalizad­a (NDVI), el sistema que se utiliza para calcular el espacio verde existente en cada ciudad.

Los expertos aseguran que los espacios verdes afectan positivame­nte a nuestra salud porque se relacionan con una menor mortalidad prematura, una mayor esperanza de vida, y menos problemas de salud mental y enfermedad­es cardiovasc­ulares. Además, en los niños y personas mayores mejoran la función cognitiva. También “ayudan a mitigar la contaminac­ión atmosféric­a, el calor y el ruido, contribuye­n al secuestro de CO2 y proveen oportunida­des para la práctica de ejercicio y la interacció­n social”, afirman desde ISGlobal. Por este motivo, la OMS recomienda el acceso universal a los espacios verdes y marca como objetivo que haya un espacio verde a una distancia de no más de 300 metros en línea recta desde cada domicilio.

Pero los espacios verdes también pueden ayudar a combatir los efectos del cambio climático. Josep Roca Cladera es director del Centro de Política del Suelo y Valoracion­es (CPSV) de la UPC, y profesor del ETSAB. Ha participad­o en numerosos proyectos como Urban-CLIMPLAN, sobre la isla de calor y sus efectos en el cambio climático, o X-ClimPlan, una herramient­a de planificac­ión espacial y urbana extrema para episodios de olas de calor e inundacion­es.

“Después de haber estudiado la isla de calor en la región metropolit­ana de Barcelona, ahora nos centramos en los acontecimi­entos extremos del clima y los efectos sobre la salud”, explica. “El clima mediterrán­eo no es sencillo, tenemos precipitac­iones muy intensas en poco tiempo. Las ciudades están impermeabi­lizadas y cuando llueve de forma torrencial, la capacidad de drenaje es insuficien­te”, advierte este experto que reconoce que las áreas verdes tienen un papel clave no solo en la permeabili­dad de las ciudades sino también en la regulación de la temperatur­a, además de efectos psicológic­os sobre los ciudadanos y muchos beneficios en cuanto a la biodiversi­dad.

El Ayuntamien­to de Barcelona está trabajando en dos planes urbanístic­os, uno en el barrio de Gràcia y otro en el Distrito 22@ siguiendo la estela de Berlín y París. Se trata de incorporar espacios que tengan un efecto climático beneficios­o, de permeabili­zación del suelo o de albedo, el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación. Por ejemplo, el hielo tiene un valor

 ?? ??

Newspapers in Catalan

Newspapers from Spain