La Vanguardia (Català-1ª edició)
““EEss uunn ppaassoo iimmppoorrttaannttee ppeerroo nnoo eess ssuuffiicciieennttee””
Una palabra estuvo a punto de arruinar la COP26 que se ha cerrado este fin de semana en Glasgow, un día después de lo previsto. Cuando los países habían acordado el texto final, India y China pusieron una última piedra en el camino al pedir cambiar la formulación del artículo que plantea la eliminación progresiva del carbón.
En el artículo 36 acordado por todos los países se pedía “acelerar los esfuerzos hacia la eliminación del carbón sin sistemas de captura de carbono y de los subsidios ineficientes a combustibles fósiles”, pero India y China querían que en lugar de “eliminación” se leyera “progresiva reducción”. A pesar de las discrepancias y sin tiempo de reacción, los países aceptaron el cambio de un artículo cuyas expectativas ya habían sido muy recortadas con anterioridad. Tal fue la situación que el presidente de la COP26, Alok Sharma, tuvo que pedir “disculpas por cómo se ha desarrollado el proceso”. A pesar de todo, la buena noticia es que el Pacto Climático de Glasgow es el primero de este tipo que prevé explícitamente la reducción del uso y explotación del carbón, el combustible fósil que más gases de efecto invernadero genera.
Este final fue un buen ejemplo de cómo se desarrolló la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la número 26, que se ha celebrado del 31 de octubre hasta el 12 de noviembre en la ciudad de Glasgow, Escocia. La cumbre tampoco empezó bien, porque de los dos objetivos principales que se habían marcado los países, ese aumento máximo de temperaturas de 1,5 grados y la financiación de la crisis climática con 100.000 millones anuales, el segundo se aplazó a 2023 antes de empezar la conferencia, aunque en el texto final se logró incluir el compromiso de entregar más dinero a los países en desarrollo para ayudarles a adaptarse a los impactos climáticos.
A pesar de los contratiempos, sí que ha habido avances. Así, el documento firmado por los casi 200 países que asistieron a la COP26, y que no es vinculante, marcará la agenda global contra el cambio climático para la próxima década.
Además del importante acuerdo sobre el carbón, el texto solicita a los países que informen de sus avances hacia una mayor ambición climática el año que viene, en la COP27, que se celebrará en Egipto. También pide plazos más estrictos para que los gobiernos actualicen sus planes de reducción de emisiones.
Tras doce días de negociaciones, el consenso es que el texto es un acuerdo de mínimos pero suficiente para evitar un calentamiento del planeta más allá de los 1,5 grados. Durante la última sesión plenaria de balance, muchos países lamentaron que el paquete de decisiones acordado no fuera suficiente. Algunos lo calificaron de “decepcionante”, pero en general reconocieron que era equilibrado para lo que los países podían acordar en este momento y dadas sus diferencias. El Secretario General de la ONU, António Guterres, lo confirmaba pocos minutos después de cerrarse la cumbre: “Es un paso importante pero no es suficiente”, dijo. “Debemos acelerar la acción climática para mantener vivo el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados. Es hora de pasar al modo de emergencia”.
Mientras, el presidente de la COP26, Alok Sharma, aseguraba a la británica BBC: “No describiría lo que hicimos ayer [por el viernes] como un fracaso. Es un logro histórico. Mantuvimos 1,5° al alcance”.