La Vanguardia (Català-1ª edició)
Comer sin gluten
ción. Todo a costa de romper la tranquilidad de los ciudadanos que hemos de tragarnos el aplastante ruido hasta que desaparecen en la lejanía. Fastidia que, por su propio ego, unos pocos se ventilen el esfuerzo de una gran mayoría que sí cumplimos. Y el Ayuntamiento no hace absolutamente nada.
¿Qué ha pasado con los controles de ruido que los motoristas teníamos en los años noventa? Funcionó. Tenemos un Ayuntamiento gastando decenas de millones de euros en carriles bici, buses eléctricos y muchas otras cosas, pero descuidando totalmente la acústica necesaria para nuestra ciudad. Debería moverse y trabajar por el bienestar no solo para mejorar la movilidad y recaudar impuestos. Y, por favor, no me hablen de la ITV, porque tan pronto las motos salen de ahí, cambian el tubo de escape y me olvido durante dos años hasta la siguiente revisión. Necesitamos más control del ruido.
Pablo Torrens
Barcelona van dir els seus components. Motiu? La Marató de Barcelona, que no és el problema, ja que fa anys que passa per sota casa i aquí tots som amants de l’esport. Però no és normal que per donar ànims als corredors la resta de la ciutat s’hagi de despertar aviat un diumenge.
David Cabes Rando Barcelona
En la actualidad, muchas personas siguen creyendo que comer sin gluten favorecerá su salud o les ayudará a perder peso. Todo un mito que ha dado una gran popularidad a las dietas sin gluten en los últimos años. Pero ¿nos hemos preguntado qué consecuencias conlleva esto?
Pues bien, en el momento en que gran multitud de personas, por cuenta propia, deciden empezar una dieta libre de gluten provocan, entre otras muchas cosas, que muchos establecimientos ofrezcan platos sin gluten sin tener en cuenta cómo se deben manipular estos alimentos para evitar la contaminación cruzada con los que sí tienen gluten.
El problema que tenemos las personas celiacas es que, si no se toman las