La Vanguardia (Català-1ª edició)
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ada vez más empresas y ciudadanos son conscientes de la importancia crucial de trabajar por la reducción de la huella de carbono y la sostenibilidad de la actividad económica, a n de asegurar la pervivencia de nuestro planeta.
MAPFRE se ha marcado el reto de reducir al máximo las emisiones de carbono y el consumo de energía en todos los países donde está presente, para luchar así contra el cambio climático, impulsando el reciclado, la energía solar, la movilidad sostenible o la reforestación. Para ello, ha desarrollado el Plan Corporativo de Huella Ambiental 20212030, con objetivos muy exigentes.
En concreto, para 2024, MAPFRE se ha comprometido a compensar la huella de carbono en ocho países. Para 2030, el desafío es reducir las emisiones del grupo en un 50% (respecto a 2019) y compensar la huella restante. Además, la compañía se ha adherido a la Alianza de Seguros para las Emisiones Netas Cero, con intención de alcanzar la neutralidad de emisiones de efecto invernadero para 2050, en todas sus carteras de suscripción de seguros y reaseguros.
Para que todo esto sea posible, MAPFRE promueve la compra de electricidad renovable, fomenta el trabajo en movilidad, reduce los viajes de negocio en avión y en coche, y está transformando sus otas propias a vehículos ECO. Este año, contará con un mayor número de edi cios sostenibles, instalará más placas fotovoltaicas para autoconsumo, impulsará la reducción del consumo de papel y agua, y continuará disminuyendo, reciclando y reutilizando los residuos que genera.
MAPFRE avanza en su compromiso con la e ciencia energética como elemento clave en su estrategia de sostenibilidad. Por eso, reducirá un 40% el consumo energético del grupo respecto a 2019; en concreto, en 23 GWh para 2024, una cifra que equivale al consumo de energía total del negocio en Estados Unidos. Y para 2030, la reducción será de 60 GWh; lo que equivale a casi el 100% del consumo eléctrico anual del grupo en España.
Actualmente, la compañía utiliza energía procedente de fuentes 100% renovables en España, Portugal y Alemania, y este año ha instalado 4.700 paneles fotovoltaicos en la sede social en Madrid, que permitirán evitar la emisión a la atmósfera de 740 toneladas de CO2 al año.
Con esta medida, se prevé que cerca del 40% del consumo actual de dicha sede proceda de la instalación de autoconsumo fotovoltaico, que servirá para abastecer una gran parte de la electricidad necesaria para el funcionamiento diario de las o cinas, incluidos los 48 puntos de recarga gratuitos, de 22KWh, que MAPFRE ofrece a los empleados que utilizan coches eléctricos o híbridos enchufables.
También están llevando a cabo otras iniciativas para ajustar la climatización en los edi cios, con campañas como Warm Biz, realizada en España durante el invierno, y Cool Biz, que han implantado en sus o cinas de España y México durante los meses más calurosos.
A nales de 2021, MAPFRE disponía de 13 edi cios, como la Torre MAPFRE de Barcelona, con los certi cados LEED, BREEAM o Energy
Star (sellos líderes en E ciencia Energética y Diseño Sostenible), que confirman que estos espacios están construidos y diseñados para reducir el impacto ambiental, ahorrando energía, haciendo un uso e ciente del agua, disminuyendo las emisiones de CO2, mejorando la calidad del ambiente interior y minimizando el uso de recursos naturales. Para 2030, el 50% de la super cie de los grandes edi cios en propiedad tendrá ya certi cado sostenible.
También para 2030, MAPFRE se ha comprometido a disminuir un 34% la huella de carbono vinculada a los desplazamientos. Actualmente, la compañía pone a disposición de sus empleados diversas opciones, como las lanzaderas, que conectan algunas sedes con los principales puntos de la ciudad y con el transporte público; los estacionamientos para bicicletas; el renting de vehículos eléctricos, los puntos de recarga para vehículos ECO; y un sistema de videoconferencia para limitar los viajes de negocio.
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Fraccionar y reciclar adecuadamente todos los residuos que generamos en nuestro día a día asegura que estos no acaben en un vertedero y tengan una segunda vida. De este modo, no solo se reduce la huella de carbono, sino que se evita contaminar el agua, el suelo y el aire, y se logra ahorrar materias primas, conservar los recursos naturales y los ecosistemas, y proteger la salud y el bienestar.
En 2021, MAPFRE alcanzó el reto de convertir su sede social en un espacio de residuo cero, mediante un proyecto con el que recicló 351 toneladas y con el que aprovechó el 92% de los residuos generados, y que se extenderá en 2024 a Brasil, México y Puerto Rico. Para ese año, la compañía se ha comprometido a aprovechar el 84% de los residuos, un objetivo que incrementará al 90% en 2030.
La reforestación es una de las mejores herramientas de lucha contra el cambio climático, ya que los bosques son sumideros de emisiones de CO2, y también regulan el régimen hídrico, evitan la erosión del suelo y promueven la conservación de la biodiversidad.
El proyecto Bosque MAPFRE ha permitido plantar recientemente un total de 4.874 árboles en el municipio de Cerdedo-Cotobade, en Pontevedra, y otros 1.667, en el Parque Natural de Sintra-Cascais, en el norte de Portugal.
Con estos dos proyectos, se ha contribuido a repoblar casi 5 hectáreas de zonas afectadas por la deforestación. Los más de 6.500 nuevos árboles absorben hoy 4.000 toneladas de CO2 de la atmósfera, neutralizando así el 21% de las emisiones de emitidas por la compañía en estos dos países.
Los recursos hídricos representan un desafío para el futuro del planeta, ya que la disponibilidad de agua potable se encuentra amenazada por el cambio climático. Consciente de esta realidad, MAPFRE apuesta por una gestión integral y sostenible del agua en sus instalaciones, que le permita reducir un 25% el consumo para 2030.
Bajo el concepto de Compra Verde, MAPFRE ha desplegado un modelo de adquisición de productos y servicios en cuya valoración se incluyen aspectos ambientales que aseguran el mínimo impacto ambiental durante su ciclo de vida. Para lograrlo, han de nido diversas líneas de actuación, dentro de los procesos de licitación, para valorar el comportamiento ambiental de los bienes y servicios que contratan. Entre sus objetivos para 2030, está desplegar este modelo en todo el grupo, así como clasi car con criterios medioambientales a los estratégicos, reconociendo su desempeño ambiental.