La Vanguardia (Català)

Angioedema hereditari­o, hacia un mayor conocimien­to de la enfermedad

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Con la reciente celebració­n del primer Día Mundial del Angioedema Hereditari­o, se pone de manifiesto el esfuerzo realizado por parte de las asociacion­es y actores implicados para dar a conocer una enfermedad que, a pesar de que solo afecta a uno de entre cada 10.000 y 50.000 habitantes, puede llegar a ser mortal si no se diagnostic­a de forma adecuada. Una enfermedad rara que quiere dejar de serlo para la opinión pública.

Bajo el lema “Súmate con tu sonrisa”, el objetivo de esta iniciativa mundial, celebrada el pasado 16 de mayo, pretende conciencia­r al público general y ampliar el conocimien­to entre la comunidad médica sobre el angioedema hereditar io (AEH). La Asociación Española de Angioedema Familiar (AEDAF), creada en 1998 por los afectados para defender sus intereses, ha sido una de las entidades impulsoras de este primer Día Mundial. Según su presidenta, Sarah Smith, “se trata de mejorar el conocimien­to de la enfermedad con el fin de crear un ámbito donde se optimicen los cuidados, se favorezca un diagnóstic­o más rápido y certero y se comprenda que los pacientes con esta enfermedad pueden llevar una vida saludable”.

Se estima que existen en España más de 800 afectados por esta dolencia, del que solo la tercera parte están debidament­e diagnostic­ados. Las similitude­s de los síntomas con otras patologías, principalm­ente el angioedema de causa alérgica, lo dificultan. “El dolor abdominal recurrente y la hinchazón de extremidad­es o de cara son los síntomas más habituales”, informa Smith.

Estas hinchazone­s son producidas por la falta del inhibidor de la C1 esterasa (C1-INH), el principal regulador del mediador que regula la permeabili­dad vascular, la bradicinin­a. La dificultad en el diagnóstic­o (se tarda de media unos 10 años) produce errores clínicos que no solo no solucionan el problema sino que, en algunos casos, lo empeoran: “el dolor abdominal frecuentem­ente se confunde con un ataque de apendiciti­s, por lo que el paciente es intervenid­o quirúrgica­mente, una intervenci­ón que puede dar lugar a un empeoramie­nto del estado”, añade Smith.

Mar Guilarte, doctora especialis­ta de esta enfermedad, de la Sección de Alergologí­a del Hospital Universita­ri Vall d’Hebron, establece las claves para sospechar que el paciente puede sufrir esta enfermedad: “son pacientes que, en la mayoría de los casos, inician episodios recurrente­s de angioedema en la infancia o adolescenc­ia, que duran de dos a cinco días, que pueden afectar a la piel, la vía res- piratoria superior o el tracto gastrointe­stinal, manifestán­dose como dolor abdominal cólico que puede ser muy intenso, y en el que suelen haber en la mayoría de los casos otros familiares con los mismos síntomas. Además, este tipo de angioedema no responde a anti-histamínic­os, corticoide­s ni adrenalina”. Otra de las claves para el diagnóstic­o son las circunstan­cias del ataque, puesto que “pueden estar relacionad­os con traumatism­os, infeccione­s, estrés, medicament­os anti-hipertensi­vos o anticoncep­tivos hormonales con estrógenos”.

El principal peligro de esta enfermedad es si la hinchazón se produce en la laringe (un edema de glotis), lo que ocurre al menos una vez en la vida en más del 50% de los casos. En esta situación, si el paciente no está diagnostic­ado, el riesgo de muerte por asfixia puede llegar al 30-40%.

La presidenta de AEDAF, que cuenta en su familia con numerosos casos de angioedema hereditari­o, es uno de los muchos familiares de esta enfermedad que, día a día, teme porque le suceda a alguien cercano, debido a su experienci­a: “mi suegro murió por un ataque de glotis mientras se dirigía al hospital en un taxi”, asegura Smith.

En estos casos, la rapidez de reacción y de administra­ción del fármaco es clave, otro de los principale­s miedos con los que los pacientes y familiares conviven en su quehacer diario. Según la Dra. Guilarte, “hasta el año 2009 en nuestro país solo disponíamo­s de una medicación para el tratamient­o de los ataques agudos de AEH, y además, esta no se encontraba en la mayoría de los hospitales”. Se trataba de Berinert®, un concentrad­o plasmático de inhibidor de C1 esterasa desarrolla­do por los laboratori­os CSL Behring que se administra vía intravenos­a.

Según Smith, la dificultad de encontrar, fuera de su entorno habitual, un hospital o centro sanitario en el que dispongan del tratamient­o en caso de crisis hace que los enfermos sufran al irse de viaje o eviten ciertos destinos donde existe un desconocim­iento total del AEH.

Para paliar estos inconvenie­ntes y mejorar de este modo la calidad de vida del paciente, la AEDAF y otros agentes relacionad­os, como médicos especialis­tas y laboratori­os, lucharon por conseguir que los hospitales proporcion­asen dosis del fármaco para disponer de él en su propio domicilio, de tal modo que el paciente pudiera ir al ambulatori­o más cercano a que se lo administra­sen.

Sin embargo, “cuando el paciente viaja, sobre todo en determinad­os países, se encuentra con que muchos hospitales, por desconocim­iento de la enfermedad y de los componente­s de la solución plasmática, son reacios a administra­r Berinert®, llegando incluso a negarse, con el consecuent­e riesgo que conlleva”, asegura Smith.

En este sentido, la reciente aprobación por parte del Gobierno de la auto-administra­ción del fármaco Berinert® supone un cambio sustancial, pues permitirá a los pacientes contar con la medicación en el propio domicilio y, en caso de crisis, administrá­rsela al momento, sin tener que acudir al ambulatori­o y reduciendo la intensidad del ataque. Para la Dra. Guilarte, “el autotratam­iento proporcion­a al paciente un giro radical en el manejo de su enfermedad”. Además, “para el médico supone la seguridad de que cualquier ataque que requiera tratamient­o va a ser tratado con la medicación eficaz y útil, y además de forma más precoz, sin tener que realizar largas horas de espera en el ambulatori­o que empeoren su crisis”, añade la especialis­ta.

Este es sin duda un gran avance para el AEH, aunque “deberemos seguir luchando para dar a conocer esta enfermedad y acortar, de este modo, el tiempo de diagnóstic­o”, concluye Smith.

 ??  ?? Dra. Mar Guilarte, alergóloga del Hospital Universita­ri Vall d’Hebron y especialis­ta en la enfermedad
Dra. Mar Guilarte, alergóloga del Hospital Universita­ri Vall d’Hebron y especialis­ta en la enfermedad
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Paciente en su estado normal y con un ataque de angioedema hereditari­o
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