Réplicas sobre Prim
En referencia al artículo de Màrius Carol “Prim, como Kennedy” (Opinión, 20/II/2013), lo de Prim no fue con una cuerda. Sí sabemos hasta dónde llega la conspiración, puesto que todo indica que es la primera vez en la historia de nuestro país que el jefe del Estado asesina o permite que sea asesinado el presidente del Gobierno. Contrariamente a lo que afirma, en el debate forense se pone en duda la versión oficial de que Prim pudo agonizar tres días. La “estrangulación a lazo”, según nuestro profesor de Investigación Criminal, deja impresa el arma del crimen en la piel, como en un negativo fotográfico. En las fotos científicas puede observarse que no se trata de una cuerda como dice Carol, sino de una correa de la que puede verse hasta la hebilla.
Y respecto al artículo de Oriol Pi de Cabanyes (“Prim, ¿estrangulado?”, 20/II/2013), el médico de Pedrol se inventó el diagnóstico. Pi de Cabanyes habla del libro de Pedrol como si fuera la panacea, cuando se publicó 90 años después del magnicidio de Prim y
con un epílogo del doctor Lafuente Chaos, que emitió un diagnóstico sin informes y sin tener delante el cuerpo. Por tanto, se inventó que murió de infección. El examen de la momia no lo confirma. Lo que es increíble es que nadie lo haya discutido en 53 años. Está comprobado que a Prim no se le hizo la autopsia. Aventura que el criminólogo dice que son surcos de estrangulación, pero quien de verdad lo dice es la doctora Robledo, de Medicina Legal y Forense de la Complutense.
FRANCISCO PÉREZ ABELLÁN
Presidente de la comisión Prim de Investigación