Industria catalana

Me gustaría hacer algunos comentarios sobre el artículo del profesor Germà Bel “Fantasías margallianas” (Economía, 25/ III/2014). No he leído la argumentación española sobre la disminución del 20% del PIB catalán, pero cuando el profesor Bel menciona como argumento de dicho estudio margalliano el grave boicot que se aplicaría a los productos catalanes, creo que no es exacto. El problema vendría de la simple aplicación de las leyes europeas. Cuando un país deja de formar parte de la UE –y eso ocurrirá obligatoriamente en el caso que Catalunya se declare independiente– se le aplica el arancel para países extracomunitarios, como se aplica a los productos americanos o chinos.

No es un boicot. Es la aplicación de la ley comunitaria. Esto, efectivamente, sería un escenario catastrófico para la industria catalana, pues destruiría su competitividad. ¿Realmente España y Europa reaccionarían rápidamente para restaurar esa competitividad? Lo dudo. Como dudo que Catalunya o España reaccionasen con rapidez y solidaridad si graves males amenazasen a la industria polaca, por ejemplo.

A mi modo de ver, la única manera de restaurar la viabilidad de nuestra industria sería una salida –tal vez temporal– del euro y una devaluación de nuestra mone- da, lo que equivale, lo sabemos todos, a un empobrecimiento generalizado de la población. Estoy totalmente de acuerdo con la conclusión del profesor Bel: cuanto más informados, mejor.