La fuerza del jubilado
Están cansados, hartos de tanta falsedad, de menosprecio, de que los hagan culpables porque son muchos y que esto afecte negativamente a las arcas del Estado. Son los jubilados, los pensionistas.
Converso mucho con ellos. Son pozos de sabiduría y experiencia, y lo que ven no les gusta. Dicen que no están para luchas ni reivindicaciones, que eso es cosa de jóvenes. Estuvieron al frente de sindicatos, de comités de empresa, en puestos relevantes o como simples obreros, pero cuando hacía falta luchaban por sus derechos enfrentándose a los grises –esa policía de otros tiempos–, porque con el pan de sus familias no se jugaba. Y consiguieron mejoras laborales, bienestar y paz. Les doy ideas. Les digo que si se unieran todos los jubilados, serían la primera fuerza del país y, con su saber, podrían acabar con casi todos los males que nos rodean, pero están cansados y no tienen un líder que los una.
Mientras los veo ilusionados en la cola de la caja para retirar esa porquería de pensión, pienso en la última noticia del día sobre un nuevo escándalo económico de defraudadores y chorizos, esta vez a escala mundial: los papeles de Panamá.
PERE HUGUET I MILLÁN
Barcelona