Acoso escolar
Mi sana intención es pedirle a Pilar Roca (“Acoso escolar”, 15/II/2017) que me permita hacer una corrección a su carta. Los profesores no están en la escuela para enterarse de los problemas de los alumnos ni para solucionarlos, están para enseñarles las materias para las que se prepararon. Un aprendiente que no ha sido educado en su hogar y asiste a un centro de enseñanza para provocar a compañeros y a toda la institución ha de ser expulsado por dirección y, sin dejar de aportarle un tutor que permita que el estudiante no pierda comba, hacer que permanezca en su hogar hasta que sus progenitores le hayan hecho entender que existe una educación básica antes de incorporarse a una escuela.
Por supuesto, toda persona relacionada con la enseñanza tendrá que ponerse manos a la obra para corregir este tipo de más que funestas situaciones. Desde un departamento/concejalía de enseñanza hasta un monitor, que todos vamos en el mismo barco.
ATAÚLFO PORTELA Barcelona