Londres, capital de las start-ups
Es la que más y mejor ha sabido desarrollar su ecosistema para las start-ups en Europa, seguida de Berlín, París, Estocolmo y Ámsterdam, según Startup Genome
El último informe de 2017 realizado por la consultora internacional Startup Genome sitúa entre los diez mejores ecosistemas del mundo para las start-ups Silicon Valley, Nueva York, Londres, Pekín, Boston, Tel Aviv, Berlín, Shanghái, Los Ángeles y Seattle. Según estos expertos, de todas las capitales europeas solo Londres se merece estar en el top 5 de su listado, con entre 4.300 y 5.900 start-ups tecnológicas activas.
Para ellos, una de las principales bazas de la ciudad es el músculo financiero que supone la City, tanto para los emprendedores como para los inversores. Es por este motivo que, en términos de inversión de venture capital, Londres es líder en Europa, lo que directamente se traduce en crecimiento del ecosistema. La industria digital de la ciudad ha crecido un 32% más rápido que el resto de la economía, superando los 200.000 millones de dólares. Además, gracias a la proximidad de los bancos más importantes del mundo, de los fondos de venture capital más exclusivos y de empresas como Apple, Google y Facebook, las start-ups de Londres han tenido muchas más oportunidades y algunas de ellas se han convertido en unicornios (valoradas en más de 1.000 millones de dólares).
BERLÍN Y PARÍS, AL ALZA
Según Startup Genome, Berlín sería la segunda mejor ciudad europea para las start-ups –la séptima del mundo, avanzando dos posiciones–. La ciudad sigue atrayendo talento y capital gracias a su calidad de vida, los buenos precios de las viviendas, la oferta cultural y las facilidades que da la Administración para conseguir los visados. En Berlín se estima que existen entre 1.800 y 2.400 start-ups tecnológicas, y crece el sector financiero, de salud, inteligencia artificial, alimentación y ciberseguridad.
La tercera ciudad europea de la lista es París –que ocupa el puesto número 11 del mundo–. Con entre 2.000 y 2.600 start-ups tecnológicas, es la capital de la economía co- laborativa, con proyectos como BlaBlaCar. Además, la ciudad ha adoptado medidas favorables a las nuevas empresas, como ayudas y beneficios fiscales que pueden llevarla a convertirse en líder en Europa. Startup Genome destaca también éxitos como Deezer, la app de música en streaming, con más de 6 millones de suscriptores, que ha logrado levantar 217 millones de dólares de capital riesgo; y proyectos como el del multimillonario Xavier Niel, que quiere instalar en París la mayor incubadora de start-ups del mundo.
Estocolmo (Suecia) está en la cuarta posición europea, la número 14 del mundo. Destacan su conectividad, la calidad de los fondos de inversión y los casos de éxito. Con entre 600 y 900 start-ups tecnológicas, Estocolmo tiene entre sus bazas los excelentes programas de ingeniería del KTH Royal Institute of Technology, además de todo el talento que cada año sale de la Stockholm School of Economics. Las dos instituciones apoyan a los emprendedores con programas de incubación y, además, la Stockholm School of Entrepreneurship les ayuda a formarse en todas aquellas materias básicas para una start-up.
GRANDES CASOS DE ÉXITO
A ello hay que añadir la ambición global de los emprendedores suecos, lo que ha generado casos de éxito tan espectaculares como el de la compañía que hay detrás del juego Candy Crush, adquirida por 5,9 billones de dólares en 2016. Y, en este sentido, Estocolmo escala en el puesto número dos de Europa a la hora de crear unicornios: allí tiene la sede Spotify, valorada en 8,6 billones de dólares, y la start-up de FinTech Klarna, valorada en 2,2 billones de dólares.
La última ciudad europea situada entre las veinte mejores del mundo para las start-ups según este estudio es Ámsterdam, que ocupa la posición número 19 mundial. Algunas de las compañías más importantes del mundo, como Uber, Netflix o Tesla, la han escogido para instalar sus cuarteles generales en Europa, y se espera que otras sigan su ejemplo.
# Estocolmo destaca por su red universitaria y la conexión de las escuelas de ingeniería con las de economía y el apoyo a los emprendedores