SARLAT Y EL PÉRIGORD NEGRO
Sarlat es uno de los pueblos con más encanto de Francia. A la riqueza monumental, con callejuelas pintorescas, torres con tejados de lozas y palacios góticos y renacentistas, se suma el carácter ‘bon vivant’ de sus habitantes, que han hecho de la gastrono
Fundada en el siglo XI, Sarlat es una pequeña joya de la historia medieval. La capital del Périgord negro (que recibe su nombre por sus bosques oscuros y el color de las trufas), es la población con mayor densidad de monumentos históricos protegidos o catalogados por m2 de toda Europa. Pasear por las calles adoquinadas de esta población es una lección de historia a cielo abierto. Pero es al caer la noche cuando la magia se apodera de esta pequeña población. Una equilibrada mezcla de iluminación de gas –única en toda Francia–, candelabros y luminarias empotradas en el suelo crea una atmósfera única cargada de misterio y romanticismo.
Descubrir Sarlat. A partir del 3 de Julio y hasta el 28 de Agosto todos los lunes a las 20:00h se ofrece una visita guiada en castellano por la ciudad medieval.
LA GASTRONOMÍA, EL ARTE DE VIVIR EN SARLAT
No todo el patrimonio de Sarlat es para admirar, también lo hay para saborear. Y es que Sarlat sin sus mercados típicos no sería Sarlat. Pasear por sus calles y plazas los días de mercado es un festival para los sentidos. Visto, olfato, gusto... Es imposible no detenerse en alguna de las paradas (¡o todas!) que, con sus llamativos colores y tentadores aromas, reclaman la atención del visitante. Aquí, los productos son locales, del propio entorno rural y sujetos a la temporalidad de las estaciones. Foie gras, fresas, nueces, quesos artesanales de granja, trufas, confituras... Productos gourmet con las señas de identidad de la región.
El mercado de Santa María. El mercado principal de Sarlat es, curiosamente, una antigua iglesia, la de Santa María. El arquitecto Jean Nouvel, originario de Sarlat, se encargó de transformar este dificio del siglo XIV en la sala del mercado que es hoy. Así, los elementos arquitectónicos originarios contrastan con las grandes puertas metálicas de acceso al recinto. Mención aparte merece el ascensor panorámico, situado en el corazón de la torre de la iglesia y que ofrece una experiencia única: una vez en la cima, las paredes totalmente de vidrio ofrecen una visión de Sarlat de 360°.
Días de mercado. El mercado del caso antiguo tiene lugar todos los miércoles por la mañana y los sábados durante todo el día. Pero la actividad comercial no se detiene al caer el día. La Plaza del 14 de Julio acoge los jueves, a partir de las 18:00h, un concurrido mercado nocturno bio, con productos orgánicos: tés y especias, perfumes, hierbas aromáticas, aves de corral, huevos, dulces artesanales, productos agrícolas...
EL VALLE DEL DORDOÑA O EL VALLE DE LOS CASTILLOS
A pocos kilómetros de Sarlat está el paraíso. Y es que el valle del Dordoña regala paisajes de postal. No es casual que en 2012 la UNESCO lo incluyera en la mayor “Reserva del Hombre y la Biosfera” de Francia por la majestuosidad de su entorno natural y la calidad de las aguas de su río. Precisamente el río Dordoña es el responsable de unos paisajes que quitan el aliento: llanuras fértiles, acantilados de piedra caliza vertiginosos, llanuras... Seguir el zigzagueo del río permite descubrir un castillo en cada curva. Literalmente. Son mil y un los castillos que, alzándose sobre un espolón rocoso, vigilan impasibles este valle magníficamente preservado.
LOS MÁS BELLOS DE FRANCIA
Y no es una exageración. El título “Pueblos Más bellos de Francia” lo concede una asociación desde hace más de 30 años a aquellos pueblos galos con encanto que cumplen una serie de requisitos: tener menos de 2.000 habitantes, poseer un rico patrimonio natural y arquitectónico –con al menos dos sitios inscritos en los monumentos históricos– y desarrollar una política activa de valorización y difusión de su patrimonio. Dos de los pueblos que cumplen,
y con creces, estas reglas son La RoqueGageac y Beynac-et-Cazenac. La Roque-Gageac, acurrucado bajo la
roca. Así parece estar este encantador pueblo, cuyas casas de piedra ocre se extienden a lo largo del río amontonándose como si las imponentes paredes de roca del acantilado las empujaran. Debido al microclima generado por el acantilado orientado al sur, su vegetación es frondosa y exótica, con palmeras, bambús, buganvillas...
Beynac-et-Cazenac. También a orillas del Dordoña y a tan solo 10 km de Sarlat, se alza este pueblo famoso por su castillo medieval (s. XII), uno de los mejor conservados de la región.