La fuerza del querer
Una madre necesitada de apoyo recrimina a su hijo la falta de ayuda y comprensión por su parte recibida ante el inmenso sacrificio económico físico y educativo por él derramado desde que nació, además de renuncias personales, para poder garantizarle el máximo bienestar. A lo que el hijo responde la tan cínica y cacareada frase: “Yo no te pedí que me trajeras a este mundo”. Ese es el pago y agradecimiento por haberle dado la vida. Hay miles de padres que se han desvivido por darles a los hijos lo mejor de ellos mismos y ante la enfermedad y vejez se ven totalmente impotentes, ignorados y olvidados por unos hijos egoístas a los que sólo les interesa la herencia y el dinero que les puedan sacar.
En mi opinión, no es el hambre el principal problema del planeta, sino la falta de principios, vergüenza y compromiso dentro de la familia, elementos indispensables para poder caminar por la vida con dignidad y sin los cuales las personas vamos a la deriva, vacíos, deambulamos sin sentido hacia ninguna parte, sin darnos cuenta de que todo el dinero del mundo no puede comprar la felicidad que da formar parte de una familia comprometida, unida y amada, recíproca y desinteresada, incondicionalmente entre sí.
ROSA MACHÍ PRAT
Benifaió