Líderes mundiales
Emmanuel Macron ha revitalizado la República Francesa, frenó en seco las aspiraciones euroescépticas del Frente Nacional, reforzó el eje franco-alemán. Hasta su elección pintaban bastos, haciendo de Merkel la última
mohicana. Con Macron, Europa está a salvo, Estados Unidos ya no es un socio fiable.
En África, Macron se ha implicado en el conflicto de Libia; de lograrse un acuerdo entre las dos principales facciones se podría frenar a los yihadistas, garantizar la integridad de Libia y restablecer el control de sus fronteras para frenar la inmigración, que ya está causando fricciones con Italia, que se queja del abandono por parte de Bruselas. Las guerras de Siria y Libia han provocado oleadas de refugiados.
Etados Unidos carece, cada día más, de una voz autorizada en el escenario internacional, dado que una cosa dice su presidente, otra el Congreso y, finalmente, el Senado decide otra. Hasta que no se arregle un poco la situación interna del país, la Administración Trump se encuentra paralizada. A Angela Merkel, tan denostada por sus ansias de austeridad, hay que reconocerle su autoridad, ya que es la canciller no sólo de Alemania, sino de Europa entera, y afianza las relaciones con China, Japón, América Latina y Canadá, en un intento de mantener el equilibrio que Trump y Putin quieren desquebrajar.
JORGE IPIÑA PANDO
Bilbao