La tierra prometida

¿En qué se parecen los burócratas independentistas y el Aarón bíblico? No tengo dudas de que un ciudadano catalán recibe menos del Estado que otros del resto de España. A eso unos lo llaman solidaridad, otros discriminación, y otros directamente expolio.

Según cierta teoría, una república independiente nos daría a los catalanes un Estado de bienestar muy superior al que tenemos ahora. El problema es que esa república multiplicará el número de burócratas (unos cargos muy apetecibles y por ende muy gravosos para el erario de una pequeña república) para ocupar sillones en las veguerías, embajadas, almirantazgos y, en general, las nuevas instituciones que vendrán. Y todas ellas exigirán un buen pellizco de los impuestos.

Proclaman que hay que respetar el democrático deseo de una comunidad de separarse de otra. ¿Garantizará esa doctrina, debidamente recogida en nuestra futura Constitución, que cualquier comunidad de Catalunya podrá separarse de las otras cuando sea discriminada? Por poner un ejemplo, cuando un ciudadano de Barcelona reciba menos de la república que uno de Vic.

Aarón prometía una tierra de donde manarían ríos de leche y miel (muy lejos de lo que resultó ser) pero era un sacerdote y su hoja de ruta iba dirigida a que allí los sacerdotes vivieran bien. Lo que no le interesaba tratar con los israelitas era la posibilidad de que, pasado un tiempo, muchos tuvieran que admitir que les iba mejor en Egipto.

JOSÉ LUIS FLORES LÓPEZ

L’Hospitalet de Llobregat