Trampas del Gobierno

Una trampa puede ser un plan concebido para engañar deliberadamente a alguien. Entiendo que este es el significado de la carta “Las trampas del 1-O” (31/ VII/2017), en que Sagnier ve trampas por doquier en la convocatoria del 1-O. Hurto del derecho a decidir de los españoles, necesidad de mayorías calificadas para declarar la independencia, posibilidad de repetición de la consulta en caso de perderla o trampa en la que caerán los voluntarios y funcionarios por la ilegalidad de la convocatoria son los argumentos que expone.

Una trampa puede ser también una táctica cuya finalidad sea atrapar o incomodar a alguien. Quizás muchos ingenuos, que son legítimamente contrarios a la independencia, hayan caído en la trampa que el Gobierno español ha tendido al soberanismo catalán apelando reiteradamente a la sonada ilegalidad del proceso. Gracias a ello, hoy los partidarios de la unidad de España están divididos entre votar no y no acudir a la consulta, lo que con toda seguridad provocará, de llegarse a celebrar, que gane claramente el sí. Caer en la propia trampa puede ser lo que finalmente ocurra, cuando esa trampa, paradójicamente, haya podido ser la recurrente invocación a la ley.

XAVIER ARTISÓ I AGUADO

Barcelona