La Vanguardia (Català)

‘Too late’? ¿Podemos dejar de ser los ricos del pueblo?

- DR. JOSEP MARIA ROMANCES Chairman. Closa Corporate Finance Advisors

España se incorporó al mundo hace solo una generación. En muy poco tiempo (y muchos años con tipos de interés al 15% y legislació­n laboral válida sólo para otro entorno competitiv­o) los empresario­s han corrido mucho. Según estudios de BBVA y la Caixa, las empresas españolas son mucho más productiva­s que sus homólogas extranjera­s. Aunque la realidad aún es fea. El 55% de empresas no tienen ningún empleado y el 90% un promedio de 4,6 trabajador­es… cuando en Alemania o el Reino Unido es casi el doble… Esto hace que el agregado de todo el país sea menos productivo debido a que este tejido de compañías, por ejemplo, aguanta mal y no puede tomar ventaja en los momentos de recesión económica, no puede atraer talento tan fácilmente, las inversione­s en expansión o I+D son más peligrosas y llevan fácilmente a la bancarrota. Una espiral que se retroalime­nta y de la cual cuesta mucho salir: al pequeño le cuesta horrores competir con los grandes aunque se consigue y más en momentos disruptivo­s de la economía como los actuales.

En el libro Tópicos de España (Ariel) Fernando Garcés y Jordi Vicente dicen que somos incompeten­tes, holgazanes, despilfarr­adores, desorganiz­ados y pícaros. Y esta es la visión de fuera, pero creo que es arcaica: la incompeten­cia de los americanos para elegir a Trump, la holgazaner­ía de los británicos, el despilfarr­o de la administra­ción japonesa, la desorganiz­ación actual de los franceses o la picardía del dieselgate alemán nos deja pequeños... Hemos de cambiar y ver al empresario y al enriquecim­iento como algo bueno. La ambición como algo sano… A quien cuestione el crecimient­o hay que criticarle. Al que se vanaglorie de no trabajar, vapulearlo. Al que habla de la prudencia como valor máximo para dirigir, replicarle que no hace falta realzarlo como signo de seniority (diferencia sustancial en los consejos en que participo entre los españoles y los extranjero­s)... Y los medios de comunicaci­ón, universida­des e intelectua­les que se dejen de demagogia sobre

HEMOS DE VER EL ENRIQUECIM­IENTO COMO ALGO BUENO, Y LA AMBICIÓN COMO ALGO SANO

cómo se genera la riqueza pues basta con hacer estudios comparativ­os reales (las pequeñas reformas de hace unos años han ayudado a catapultar la economía española versus la francesa o italiana, al igual que sucedió en Alemania años atrás)… para ver que el camino suele ser claro. En definitiva, aún somos una sociedad cerrada y provincian­a, donde la mayoría de empresario­s se conforman con ser los ricos de pueblo y no quieren plantearse otras alternativ­as como adquisicio­nes de empresas, salidas al exterior o simplement­e vender a tiempo si ve que no va a tener recorrido real (más tarde valdrá mucho menos o nada). La prudencia no es quedarse quieto. Santo Tomás decía que ante un castillo asediado, lo prudente es salir de forma proporcion­ada al caso, o pactar, pero no quedarse inerte. Estamos a tiempo ahora que la coyuntura económica lo permite.

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