El mejor país del mundo
¿Puede alguien en su sano juicio repetir constantemente que vivimos en el mejor país del mundo? Pues bien, tengo un buen amigo al que, desde hace ya muchos meses, le ha dado la vena por convencerse de tan disparatada afirmación, que sigue sosteniendo incluso ahora con la que está cayendo.
No sé qué pensar. No me refiero a la geografía del país, ni al clima ni a la gastronomía ni a otros aspectos culturales, artísticos y hasta deportivos, que gozan de un notable alto en comparación con muchísimos otros lugares. Son el odio, envidia, celos, revanchas, rabias y falacias, junto a otra docena más de calificativos, los que nos hacen vivir en permanente suspenso y nos alejan hasta lo infinito de lo que podría ser el mejor país del mundo.
Es inútil que nos engañemos. España posee todos los ingredientes para ser un gran país pero nosotros, capitaneados siempre por gobernantes de escasa capacidad, somos los únicos culpables de haberla sumido en un estado perenne de mediocridad.
Pese a todo, no hay por qué mostrarse negativo puesto que todo está cambiando vertiginosamente y si bien a la raza le cuesta algo más, no perdemos la esperanza de vivir en respetuosa concordia. Veremos, pues, lo que ocurre en estos próximos 300 años.
PAT VILLANUEVA
Vilassar de Mar