El lector exposa El problema de la vivienda
Tras perder el empleo y la vivienda con la mal llamada “crisis”, después vinieron cinco años de penalidades en el desempleo, haciendo cursos de formación que no sirvieron para nada. Llega por fin el ansiado contrato laboral, temporal por supuesto, prorrogado aunque había trabajo de sobra, y al final llega el contrato indefinido en otra empresa, con el que poder hacer frente a una vivienda propia, aunque fuera de alquiler porque los precios siguen estratosféricos. Al no cumplir los requisitos exigidos por la inmobiliaria, recurro a la ayuda de mi madre y pongo el contrato de alquiler a su nombre también. En el barrio de la Florida, de lo más económico que hay por el entorno, conseguimos por 700 euros, un dineral para un asalariado, sin posibilidad de elegir por la escasa oferta, un piso pequeño, donde siempre tenemos que tener la luz encendida por lo oscuro que es, sucio, sin arreglar, con todo el mobiliario viejo y una cocina donde sólo cabe una persona. Hemos de pintarlo y asearlo –¡tiene hasta cucarachas!–, lo que se va estropeando lo tenemos que reponer porque la propietaria se niega a hacerse cargo y no tengo ni su teléfono para poder hablarlo...
Voy a la oficina municipal de Información al Consumidor y me informan de que no pueden hacer nada porque el contrato es entre particulares, aunque la inmobiliaria cobró lo suyo. La pregunta es ¿hasta cuándo sufriremos la especulación y el negocio de la vivienda, una necesidad básica, sin que los poderes públicos-políticos hagan nada para arreglarlo? Ni el Ayuntamiento (PSC), ni la Generalitat (Junts pel Sí ), ni el Gobierno (PP-Cs) han solucionado esta cuestión, “uno de los verdaderos problemas de la gente”.
ALBERTO MARTÍNEZ SILVA
L’Hospitalet de Llobregat