Política y tecnología
La investidura de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat de Catalunya ha generado un debate sobre la obligación de la presencia de este en el debate de investidura y, en su caso, sobre la aceptación y ejercicio del cargo. Desde Bruselas, Puigdemont defiende que podría ejercerlo a distancia gracias a las nuevas tecnologías, como la videoconferencia, que posibilitaría su presencia virtual en el Govern. Curiosamente, cae en la contradicción, ya que vemos un continuo movimiento de particulares y políticos que van y vienen de Bruselas.
Ayer viajó el nuevo presidente del Parlament. Cabe preguntarse por qué no ha tratado del tema de la investidura desde su despacho en el Parlament por videoconferencia. Y lo mismo vale para las repetidas visitas a Puigdemont de sus compañeros de partido y de ERC. Si añadimos que normalmente no asistimos a todas las idas y venidas de los grupos políticos para alcanzar acuerdos, llego a la conclusión de que toda la historia es escenificación de un capítulo más del relat.
Imagino que es difícil justificar al millón de votantes de Puigdemont que lo que este les prometió es irrealizable. Probablemente hacer que los votantes admitan a otro candidato pasa por construir un relato con la escenificación del esfuerzo, con los viajes y la presencia constante de Puigdemont en Bruselas en los medios de comunicación.
CRISTINA FORNS DE RIVERA
Barcelona