Un horario saludable
En referencia al artículo “Ensenyament apuesta por un horario escolar más saludable” (Tendencias, 6/IX/2018), donde se comenta que los niños españoles pueden perder la posibilidad de ir a comer a su casa al mediodía, como docente y madre considero muy conveniente que el niño o el adolescente pueda almorzar comida recién hecha con su familia, que pueda descansar un ratito, ir a un lavabo limpio y volver a la escuela bien alimentado.
El profesorado no tiene por qué hacerse cargo de supervisar su alimentación, pues es la familia la que realmente educa en normas de urbanidad, valores o respeto al prójimo. La escuela ni puede ni debe sustituir a la familia. Al contrario, debe ser el Estado quien facilite la excedencia o la reducción de jornada al padre o la madre para que el niño o adolescente pueda tener una atención adecuada en casa. Y son las familias las que no deben sobrecargar al niño con extraescolares.
En mi opinión, no es necesario cambiar nuestros horarios. Poder comer en casa al mediodía es una costumbre mediterránea que muchos envidian. Nuestros horarios se adaptan a nuestra climatología y a nuestro territorio. Es necesario cambiar la mentalidad de algunos padres que quieren que sus hijos sean unos superhéroes y los atiborran de actividades.
Á. GUERRERO BRULLET
Mataró