Transfuguismo político
El transfuguismo es la baza de algunos partidos para incorporar en sus filas a exmilitantes de otras formaciones. Ciudadanos se lleva la palma acogiendo
retales de otros partidos, bien por su ya escasa relevancia en ellos, bien por discrepancias internas. Casos como el de Celestino Corbacho y el último de Soraya Rodríguez, procedentes del PSOE, y otros como José Ramón Bauzá y Silvia Clemente, anteriores militantes del PP, dan una muestra del partido Frankenstein que está configurando. Sólo le queda por fichar a algún despistado de Podemos y a un disidente de Vox. Quienes actúan como profesionales de esta práctica y los partidos captadores hacen un flaco favor a la política, pues ponen de manifiesto que todo vale con tal de dar un golpe de efecto e intentar captar al electorado, y a su vez evidencia la deslealtad de algunos políticos a sus partidos de origen.
Dicho todo lo cual, soy partidario de que se elabore una ley que prohíba el transfuguismo al menos durante un mínimo de años desde que se produzca la baja en un partido en aquellos casos en que se vaya a ocupar un cargo de responsabilidad.
A ver si por una vez las formaciones con representación parlamentaria son capaces de ponerse de acuerdo al respecto por ética e higiene democrática.
J.M FERNÁNDEZ-ARROYO
Barcelona