200.000 billones de operaciones por segundo
Barcelona fue escogida este junio por la Comisión Europea (CE), a través de EuroHPC, para instalar uno de los tres superordenadores más potentes de Europa. Los otros dos estarán en Bolonia (Italia) y Kajaani (Finlandia). Se pondrá en marcha el 31 de diciembre de 2020 y se instalará en el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS). Este nuevo superordenador tendrá una potencia pico de 200 Petaflops (200.000 billones de operaciones por segundo). Una potencia 17 veces superior a la del actual superordenador del BSC, el MareNostrum 4, y 10.000 veces mayor que la del que inició la saga en 2004, el MareNostrum 1.
La inversión de la Unión Europea en Barcelona será de unos 100 millones de euros, la más alta para una infraestructura de investigación en España, y el resto hasta llegar a los 200 millones los aportarán el Gobierno español, la Generalitat de Catalunya y los estados que han apoyado la candidatura de la capital catalana: Portugal, Turquía, Croacia e Irlanda. “Siempre hemos pensado que Europa debía trabajar unida en un área tecnológica en la que competimos con países tan potentes como EEUU, China y Japón, y estamos muy satisfechos de poder decir ahora que Barcelona tendrá uno de los primeros superordenadores incluidos en la nueva hoja de ruta europea de supercomputación”, afirmó el director del BSC, Mateo Valero, que aseguró que la noticia es “un reconocimiento a nuestra experiencia de más de 15 años investigando y dando servicio de alto nivel”.
Más de 600 personas de 40 países trabajan actualmente en el BSC, creado en 2004 por el Gobierno de España, la Generalitat de Catalunya y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), alrededor de un grupo de profesores de la UPC liderados por Mateo Valero y del primer supercomputador, MareNostrum 1.
En total, la Comisión Europea financiará con 840 millones de euros la construcción de estos tres ordenadores llamados pre-exaescala (de más de 150 petaflops) y cinco más de petaescala (de petaflops), aunque el objetivo será construir superordenadores de exaescala, con una capacidad de cálculo de exaflops (de un trillón de operaciones por segundo), que estan previstos para el año 2023.