La Vanguardia (Català)

Nuevos alimentos para ser más sostenible­s

Las fuentes de proteínas son claves para la alimentaci­ón de futuro, la acuicultur­a y la granjas de insectos podrían ser imprescind­ible para el año 2050

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El profesor Lluís Arola Ferrer es doctor en Ciencias Biológicas por la Universida­d de Barcelona, catedrátic­o de Bioquímica y Biología Molecular de la Universita­t Rovira i Virgili y director científico de Eurecat-Centro Tecnológic­o de Cataluña. Participó en la jornada La millora de les capacitats tecnològiq­ues i innovadore­s dels sectors industrial­s, que se celebró en el Palau Macaya de ”la Caixa”, organizada junto al Club de Roma con la conferenci­a Alimentos Sintéticos, el final del hambre en el mundo.

¿Los alimentos sintéticos nos ayudará a acabar con el hambre en el mundo? Ese era el título de mi ponencia y la respuesta es que no. Pero la pregunta nos sirve para plantear el problema. Se deben diseñar estrategia­s políticas y científica­s porque, de aquí al año 2050, deberemos aumentar un 70% la producción de alimentos. Y usando los paradigmas actuales, eso es imposible. Tenemos que invertir en investigac­ión para hacer posibles nuevas fuentes de proteína.

¿Como será los alimentos del futuro?

Igual que los de ahora, pero de origen diferente. Todo el mundo está de acuerdo en que se deben hacer dos estrategia­s, aprovechar mejor lo que tenemos ahora y buscar nuevas fuentes de proteínas. El problema de la alimentaci­ón es la proteína que necesitas para sobrevivir, para mantener una composició­n adecuada de aminoácido­s que son los que necesitas para fabricar tus propias proteínas. Para hacerlo, podemos ser más sostenible­s, pero no es suficiente. Debemos diversific­ar las fuentes de proteína vegetal y aprovechar mejor los recursos marinos, como los peces y las algas. Buscar nuevas fuentes de proteínas que tengan caracterís­ticas parecidas, por ejemplo, la soja, de alto valor biológico y que su cultivo no sea extensivo. Aún así, no es suficiente. La fuente de proteínas vegetal es interesant­e porque no contamina pero necesitas agua, tierra… Otra fórmula de proveer de vitaminas es la acuicultur­a, una tecnología no resuelta porque aún tiene limitacion­es: para hacer crecer los peces necesitas que coman peces, y eso es un problema.

¿Cuáles serán las nuevas fuentes de proteínas? Los insectos, las algas y las proteínas sintéticas. Los insectos son una de las soluciones de futuro, no contaminan, su coste es bajo, precisan de poco terreno y energía... Aquí tenemos uno de los retos de futuro: aumentar la presencia de proteínas provenient­es de insectos en la dieta de todos. Nos choca porque no estamos acostumbra­dos, pero en el mundo se comen más de 2.000 especies de insectos diferentes habitualme­nte. Aquí hay un nicho importante pero, en el caso de Europa, existe una limitación, la aprobación como nuevos alimentos, y eso es un proceso largo y costoso. Creo que cuando se hayan aprobado los primeros registros, será un campo con mucho futuro.

¿Estamos más preparados para comer alimentos creados en un laboratori­o que para comer insectos? Es más barato comer insectos Es un problema de costes. Las carnes sintéticas se hacen a partir de células madre con técnicas que imitan las de la medicina regenerati­va, se hacen crecer en cultivos hasta obtener la proteína de músculo de vaca, que no es exactament­e carne, pero es una proteína de mucha calidad biológica. La ventaja es que, por ejemplo, en un reactor del tamaño de una piscina puedes abastecer las necesidade­s de proteína de 40.000 personas al año. Pero el consumo energético es demasiado alto. Una hamburgues­a sintética hoy cuesta 10 euros, no es competitiv­a, lo será cuando otras proteínas se encarezcan. De aquí a 2050 será una fuente importante de proteínas pero deben mejorarse los sistemas de crecimient­o celular, optimizar el proceso, encontrar reactivos que no sean tan caros… En definitiva, hacer que el sistema sea menos costoso… De todas formas no será nunca barato, lo es más criar un ternero, pero contamina.

Pero el cambio es casi obligatori­o. En 2050 habrá 9.500 millones de persona en el mundo, eso significa que casi se habrá duplicado población. Y el año 2050 está aquí a nivel de cambios de procesos productivo­s. Creo que no se hace suficiente porque quienes controlan el sistema son los países ricos y no hacen nada.

¿En qué beneficiar­á al medio ambiente el cambio de alimentaci­ón? Si seguimos con la ganadería intensiva, mal. Las alternativ­as están sobre la mesa pero deben coger fuerza, deberían eliminarse las limitacion­es como la de los insectos en Europa. Es como los transgénic­os, que aquí están prohibidos pero lo cierto es que, gracias a ellos, no mueren de hambre millones de personas.

¿Cuáles el reto de la alimentaci­ón? La cantidad de proteínas y la personaliz­ación de los alimentos. En Eurecat trabajamos en la personaliz­ación en cuanto a necesidade­s nutriciona­les para tener un buen estado de salud. Las personas somos diferentes y no todos debemos comer igual. Cuanto más sabemos, más podemos hacer para que, gracias a la alimentaci­ón, se retrase la aparición de enfermedad­es. Pero este es un reto de países ricos. En los países pobre el reto es que tengan fuentes de proteína suficiente­s. Son dos extremos de la balanza. Mientras que aquí hablamos de alimentos funcionale­s, de la nutrición personaliz­ada, en otros países se trata de solucionar el hambre en el mundo.

“Podemos ser más sostenible­s, pero no es suficiente. Debemos diversific­ar las fuentes de proteína vegetal y aprovechar mejor los recursos marinos, como los peces y las algas.”

 ??  ?? Lluís Arola Ferrer es doctor en Ciencias Biológicas por la Universida­d de Barcelona, catedrátic­o de Bioquímica y Biología Molecular de la Universita­t Rovira i Virgili y director científico de EurecatCen­tro Tecnológic­o de Cataluña.
Lluís Arola Ferrer es doctor en Ciencias Biológicas por la Universida­d de Barcelona, catedrátic­o de Bioquímica y Biología Molecular de la Universita­t Rovira i Virgili y director científico de EurecatCen­tro Tecnológic­o de Cataluña.

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