REVISA LA SALUD DE TU CASA CON EL FENG SHUI
Esta milenaria filosofía china propone reorientar la decoración, los colores o la distribución de los muebles para hacer de nuestro hogar (o nuestro lugar de trabajo) un espacio armónico y próspero, en el que sentirnos cómodos y felices
Originalmente, era una forma de conocimiento que estudiaba los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima y los astros. Hoy, el Feng Shui, filosofía china de más de 3.000 años, se ha “colado” en nuestras casas para ayudarnos a vivir de forma más armónica en medio del estrés al que estamos abocados. Y es que, en la última década del siglo XX, el Feng Shui se ha popularizado con la expansión de la cultura china por el mundo. Aunque, para Astrid Izquierdo, experta en Feng Shui en @sincronia_integral, su auge se debería también “a la apertura de conciencia que vivimos globalmente en temas relacionados con el bienestar y la salud. Queremos sentirnos cómodos y felices en nuestros hogares y lugares de trabajo; tener más calidad de vida y dosis extra de energía positiva, entendiendo que, cuando cuidamos nuestro espacio, nos cuidamos a nosotros mismos”.
El Feng Shui es conocido también como «medicina del hábitat» o «arte de la ubicación», porque su objetivo es mejorar el bienestar de las personas potenciando la salud, la prosperidad y el amor. Así, las propuestas se extienden desde la construcción del edificio hasta el diseño y decoración de los interiores. Propone una armonía basada en los principios del taoísmo: el equilibrio ‘yin -yang’, la teoría de los cinco elementos, el ‘Ba Gua’ y el concepto de la energía ‘Chi’. Es una doctrina compleja, difícil de aplicar. “"Hay mucha literatura sobre el Feng Shui, y algunas publicaciones pueden generar mucha confusión. La clave está en dejarnos asesorar, para que las propuestas de cambio se adapten realmente a los gustos, necesidades y valores de las personas a quienes realmente van dirigidas. Porque cada hogar y cada ser humano son únicos”, recalca Izquierdo. Por este motivo, un buen asesoramiento Feng Shui se aleja de las normas y los tips de manual para profundizar de forma exclusiva en la esencia de cada espacio y sus habitantes.
TRES PUNTOS CLAVES
Esta disciplina considera cuidadosamente las orientaciones (de cada punto cardinal emana una energía concreta) y determina tres puntos claves:
Entrada: decorar un pequeño espacio que nos dé la bienvenida. Un pequeño mueble o armario servirá, para dejar en él también los zapatos y que no entre en casa (nuestro espacio interior) la energía del exterior. ¡Y fuera los percheros!
Cocina: el color verde y los tonos crudos son apropiados para este espacio; la persona que cocina debe poder dominar la puerta de entrada para cocinar con tranquilidad, y ubicar en la misma zona todos los elementos relacionados con el fuego (horno, microondas, vitro), y en otra, con el agua (fregadero, lavadora, lavavajillas). Decorar con flores o plantas. Una buena opción son las aromáticas.
Dormitorio: mantenerlo siempre ordenado, evitar en él aparatos electrónicos (si hay televisión, cubrirla con un paño), tener cabecero, ideal si es de madera, y evitar que los pies de la cama estén alineados con la puerta.
"La clave está en dejarnos asesorar para que las propuestas de cambios se ajusten realmente a nuestros gustos, necesidades y valores"