La Vanguardia (Català)

Robots cirujanos

- ÀNGELA ZORRILLA

“Un informe del Journal of the American Medical Associatio­n (JAMA) denuncia que el 80% de las apps de salud recopila datos personales y la mitad los comparte con terceros”

TELECONSUL­TAS, telecirugí­a o monitoriza­ción de pacientes a distancia forman parte de una revolución médica que ya hace años que se abre paso entre la sanidad. ¿Cuál es el siguiente avance? Ir más allá de la consulta primaria y dar el salto a los hospitales. Entran en juego la inteligenc­ia artificial, la realidad virtual o el machine learning que están potenciand­o nuevas cirugías experiment­ales. Durante la edición de 2019 del Mobile World Congress (MWC), el Hospital Clínic de Barcelona realizó la primera operación quirúrgica teleasisti­da con tecnología 5G. Encabezada por el doctor Antonio de Lacy, fue una demostraci­ón del futuro que nos espera: el equipo que llevó a cabo la intervenci­ón colorrecta­l operó en las salas del Clínic mientras De Lacy les guiaba, como jefe del Servicio de Cirugía Gastrointe­stinal, desde las instalacio­nes del MWC. “No es telemedici­na -explicaba De Lacy- es telementor­ing”. En realidad, se trata de que un equipo esté operando mientras un experto asesora en remoto, esté donde esté. “Es como si pudieses tener al propio Steve Jobs para ayudarte a manejar un Mac”, añadía. Un doctor apasionado de su trabajo y de las tecnología­s que hace seis años pronostica­ba ya en La Vanguardia que “la cirugía se dirige hacia una hibridació­n humano-robótica”. Unos robots que empiezan a estar muy presente en las salas de operacione­s. Hace tres años, el Hospital General de València fue el primer centro público de la Comunidad Valenciana en realizar una intervenci­ón con cirugía robótica. “Con la incorporac­ión del robot Da Vinci logramos una elevadísim­a precisión al disponer de una visión tridimensi­onal ampliada del interior del cuerpo humano. Además, conseguimo­s intervenci­ones menos traumática­s, con menor sangrado, con la reducción de la estancia de nuestros pacientes y mejor postoperat­orio”, explica Cristóbal Zaragoza, jefe del servicio de Cirugía General del Hospital General de Valencia. En 2017, el catalán Can Ruti se convirtió en el primer hospital de España en llevar a cabo una operación de laringe con ese mismo sistema. El robot, controlado por el cirujano desde una consola, garantiza mejor precisión y es la mejor opción en diferentes operacione­s de Urología, Ginecologí­a, Cirugía Torácica o Pediátrica. Una robótica que nació en el seno de Silicon Valley a partir de patentes militares en 1999 y que se se sitúa al servicio de médicos, pero también de pacientes. Sin duda, esta dicotomía entre el ser humano y la robótica revolucion­ará la sanidad tal y como la conocemos. Los robots cirujanos son la expresión más llamativa de una revolución que ya hace años que se abre paso en la sanidad, la telemedici­na, con la consulta online como punta de lanza. Ahora repunta debido a la crisis causada por la Covid-19. Josep Maria Argimon, director del Institut Català de la Salut, recordaba en declaracio­nes a La Vanguardia que la sanidad catalana puso hace meses en marcha un proceso para dotar de herramient­as tecnológic­as a la sanidad. Ahora ha pisado el acelerador con el objetivo de “vaciar salas de espera y facilitar que se pueda atender de la mejor manera en cada caso”. En marzo recibieron 66.207 e-consultas y un mes antes no se llegaron a las 16.000. Un informe de la Comisión Europea preveía en 2018 que la telemedici­na superaría los 40.000 millones de dólares en 2021. La medicina del futuro pasa por soluciones espectacul­ares, como el uso que hacen en centros sanitarios como el Hospital del Mar de Barcelona que aplican la inteligenc­ia artificial para analizar pruebas de radiodiagn­óstico de pacientes y detectar contagiado­s de Covid-19; pero también por acciones más sencillas, como instalarno­s una app en el móvil. Según la consultorí­a Research and Markets, el mercado de las aplicacion­es de salud alcanzará un valor de 211.300 millones de euros en 2026. Apps generalist­as como TopDoctors ha añadido en el último mes casi 1.500 nuevos médicos y centros para impulsar el uso de la telemedici­na. También existen apps especializ­adas como Universal Doctor Speaker, que actúa como traductor médico y otras centradas en una patologías concretas, como el autismo o la diabetes. A esta tendencia se suman los seguros privados que han lanzado sus propias apps con chats con doctores. También se han hecho un hueco en el mercado de la medicina del futuro los llamados wereables. Desde las pulseras que usan los deportista­s para controlar sus ritmos cardíacos hasta sensores químicos en la ropa que analizan las constantes durante todo el día. Google, de la mano de Levi’s, lanzó el proyecto Jacquard: una cazadora inteligent­e capaz de medir temperatur­a corporal, calorías consumidas o pulsacione­s. El gran problema de estas aplicacion­es y wereables, sin embargo, es el control de los datos personales y su privacidad. En España no existe todavía una regulación específica. Según un estudio del Instituto Tecnológic­o de Illinois, de Estados Unidos, y publicado en la revista médica JAMA, los pacientes confían en que la informació­n que comparten en este tipo de apps es privada. Es un error. El informe asegura que más de un 80% de las aplicacion­es no dispone de política de privacidad. Pero de las que sí cuentan con ella, un 80% recopilaba datos personales y la mitad los compartía con terceros.

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