“El empleado debería poder decidir cuándo trabajar a distancia”
A Toni, ingeniero de telecomunicaciones, el teletrabajo no le pilló desprevenido. A su experiencia de trabajar a distancia –cinco años desde Barcelona para una empresa londinense, ciudad en la que vivió y trabajó seis años– hay que sumar la prueba piloto que estaba llevando a cabo la entidad bancaria en la que ejerce como arquitecto de telecomunicaciones. “Cuando empezó la pandemia, en el banco ya tenían en marcha un proyecto para cambiar el modelo de trabajo y fomentar el teletrabajo”, explica Toni. “Unas doscientas personas trabajábamos desde casa dos días a la semana, y cuando llegó el confinamiento todos pasamos a teletrabajar. La mayoría podíamos, y a los que no podían les ofrecieron las herramientas necesarias para ello”. A este barcelonés afincado en Sant Cugat y con un hijito de ocho meses, el teletrabajo no le ha supuesto ningún problema. “Al no poder salir de casa y tener un bebé, ha sido distinto y algo más complicado y estresante. Además, al estar en casa todo el día, trabajas más horas; pero lo he llevado bien”. Según dice, trabajar en remoto tiene más ventajas que inconvenientes. Al ahorro de tiempo y dinero, hay que sumarle la reducción de la contaminación, al estar menos horas al volante. “El trabajador debería tener flexibilidad para ir a la oficina cuando lo necesite. Y es posible que solo sea necesario ir una vez a la semana, y más para mantener el contacto con la gente, que también es muy necesario”, concluye.