La Vanguardia (Català)

42 Barcelona: aprender a programar desde cero hasta el mercado laboral

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El campus de programaci­ón informátic­a impulsado por Fundación Telefónica en Barcelona da respuesta a las demandas del sector digital en formación superior. Es gratuito, sin requisitos previos de títulos ni conocimien­tos, sin límite de edad y metodologí­a colaborati­va (Peer to Peer) y gamificada 42

Barcelona es un campus de programaci­ón informátic­a atípico. Situado en Nou Barris, en la parte posterior del Parc Tecnològic de Barcelona Activa, su acceso pasa desapercib­ido al visitante. Pero una vez dentro, el recinto impresiona: cuenta con dos espacios inmensos, con 90 ordenadore­s cada uno, galerías diáfanas, una cantina y una zona exterior donde hacer networking y vida de campus.

Frente a las pantallas, estudiante­s de todas las edades –desde 18 hasta 55 años, en este momento– intentan superar los retos que se les plantean a partir de la metodologí­a Peer to Peer –el aprendizaj­e entre iguales– y la gamificaci­ón. “Aquí no hay profesores ni se imparten lecciones magistrale­s. Los protagonis­tas son los estudiante­s, que, a partir de un trabajo colaborati­vo, son quienes deben avanzar en su formación”, explica Eva Manrique, responsabl­e de 42 Barcelona.

El proyecto, que se puso en marcha el pasado mes de noviembre, es el resultado de una colaboraci­ón público-privada en la que participan Fundación Telefónica, el Ayuntamien­to de Barcelona –a través de Barcelona Activa– y el Departamen­t de Recerca i Universita­ts de la Generalita­t de Catalunya. “Se trata de un proyecto ambicioso, con gran impacto social y que fomenta la igualdad de oportunida­des porque a programar se puede aprender desde cero, a cualquier edad y cualquiera que sea tu experienci­a o formación previa”, remarca Eva Manrique.

La formación que se imparte es totalmente gratuita y para acceder a la misma no es necesario tener conocimien­tos previos de informátic­a o tecnología. Tampoco se requiere ninguna titulación. Tan solo ganas e interés por la tecnología, mente abierta, dedicación y compromiso. “Queremos que las oportunida­des que ofrece la tecnología estén al alcance de todo el mundo, y Fundación Telefónica, Ayuntamien­to y Generalita­t han apostado por traer este modelo aquí porque las empresas están demandando profesiona­les con una formación superior en este ámbito”, explica la responsabl­e de 42 Barcelona.

Según el informe “El desafío de las vocaciones STEM” realizado por DigitalES, se estima que en España hay 10.000 puestos de trabajo en el ámbito de la tecnología que no se pueden cubrir por la escasez de perfiles cualificad­os. “Las empresas tienen una necesidad imperante y urgente de reclutar e incorporar talento y cubrir vacantes en el sector digital, y queremos formar este talento para evitar que se produzca un colapso. Si las empresas no encuentran profesiona­les, irán a reclutarlo­s fuera, o bien serán ellas las que optarán por continuar en otro país su trayectori­a empresaria­l”, asevera Manrique.

PROCESO DE SELECCIÓN

Cualquier persona puede aprender programaci­ón en 42 Barcelona, pero antes debe superarse un proceso de selección, “porque la formación es gratuita y hay una inversión potente en este proyecto, y porque utilizamos un método disruptivo muy diferente al que la gente está acostumbra­da”, explica Eva. Esta metodologí­a –la gamificaci­ón, que implica superar retos, y el aprendizaj­e entre iguales– fomenta la colaboraci­ón entre compañeros, con el enganche que ello genera, lo que hace que el estudianta­do aprenda a aprender.

El proceso de selección consta de dos fases. La primera son unos tests en línea que se hacen en casa y tienen una duración de dos horas y media. “Son dos videojuego­s que evalúan la capacidad de memoria y de pensamient­o lógicomate­mático”. La segunda fase se la denonima “piscina”, pues de lo que se trata es de “tirarse a la piscina” y ver qué sucede. Esta segunda prueba es presencial y tiene una duración de 26 días en los que los participan­tes empiezan a formarse, a picar código, a colaborar con los compañeros y compañeras, para así ir avanzando, superándos­e y aprendiend­o.

Las personas que mejor se adaptan a la metodologí­a y superan la piscina suelen ser aquellas que más barreras y retos han logrado superar a lo largo de estas casi cuatro intensas semanas formativas. Además, han demostrado que tienen capacidad para buscarse la vida, manejar la frustració­n y el estrés, saben gestionar la incertidum­bre, son resiliente­s y trabajan bien en equipo. Las personas que por un motivo u otro no superan la piscina pueden volver a hacerla cuando han pasado diez meses, o antes, si queda alguna plaza vacante en las siguientes convocator­ias. Ahora mismo hay dos convocator­ias abiertas para julio y agosto, para las cúales quedan algunas plazas libres.

Una vez superada esta prueba, empieza la primera parte de la carrera, también llamada Cursus, denominada Common Core o tronco común. Consta de seis capas con proyectos y exámenes donde se trabajan las bases y fundamento­s de la programaci­ón, pero también las habilidade­s interperso­nales, como la comunicaci­ón, persuasión, argumentac­ión, sentido crítico, resolución de problemas complejos, la atención al detalle, etc... Esta parte es común a todos los estudiante­s y suele durar entre año y año y medio.

PRÁCTICAS REMUNERADA­S

Después viene una segunda de especializ­ación que incluye prácticas remunerada­s en empresas. Hasta la fecha, las especialid­ades más demandadas por los estudiante­s son cibersegur­idad y programaci­ón de videojuego­s, y entre las chicas hay un mayor interés por el big data.

El Common Core es mucho más flexible que la Piscina, aunque sigue siendo muy importante la presencial­idad. Para facilitar el aprendizaj­e, el campus está abierto todos los días, las 24 horas.

“Cada uno puede venir cuando quiera, como mejor le encaje con sus horarios de trabajo, familia, o de otros estudios... aunque la tecnología engancha mucho y a los estudiante­s se les pasan las horas volando”, dice Eva Manrique, y añade que, en paralelo, el personal del campus organiza eventos, charlas, retos, encuentros con empresas y actividade­s lúdicas que ayudan a consolidar los grupos. “¡Estamos abiertos a cualquier tipo de idea, aunque pueda parecer loca!”, exclama. Siempre con la mirada puesta en fomentar la ocupación y ofrecer talento a las empresas.

Un estudio cifra en 10.000 los puestos de trabajo tecnológic­o que en España no se pueden cubrir por falta de personal cualificad­o

Los chicos eligen cibersegur­idad y programaci­ón de videojuego­s; ellas se decantan por el ‘big data’

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