Ni un solo partido
me gusta el fútbol, pero me gustan más los derechos humanos. La celebración del próximo mundial en Qatar y la de la Supercopa de españa en Arabia Saudí, países ambos en los que se pisotean sin pudor esos derechos ante el silencio clamoroso de gobernantes, prensa y mundillo futbolístico, con la excepción del alemán Klopp, es otra muestra, por si hiciera falta alguna evidencia más, del grado de modorra y solipsismo en que hemos caído.
es poco lo que puedo hacer por no contribuir a la normalización de la barbarie, pero no seré al menos cómplice de ello: no veré ni un solo partido. Todas las selecciones participantes, no importa el resultado final, ya han perdido este inmundo mundial.
Juan Fernández Sánchez Madrid