Gentrificación
El término “gentrificación” fue utilizado por primera vez por la socióloga Ruth Glass en 1964 al analizar los cambios sociales en la ciudad de Londres. Se entiende como un fenómeno urbano de “sustitución de las clases populares en los barrios por otras de mayor poder adquisitivo”, según el documento Gentrificación y pauperización de las metrópolis, elaborado por Josep Maria Pascual Esteve para el Observatorio Metropolis. Pascual aporta algunas recomendaciones para evitar este fenómeno como la producción de parques de vivienda de alquiler social a nivel del territorio metropolitano; promover la compra pública de viviendas, y en general de suelo, para poder regular los movimientos de población, dando prioridad al mantenimiento de la residencia en el barrio; establecer el inventario de pisos vacíos e impedir las transacciones de edificios no rehabilitados; fomentar la coproducción social de vivienda con cooperativas y entidades del tercer sector; o reconocer el patrimonio urbano de los comercios tradicionales de barrio y proteger sus aspectos más emblemáticos. También apuesta por medidas contra el asedio de los fondos de inversión al vecindario de los inmuebles para lograr su venta, como amenazas de afectaciones por obras o ruidos. Un caso de buenas prácticas contra la gentrificación es Viena, donde el 32% de todas las viviendas de alquiler pertenecen a la comunidad y el 26% son propiedad de organizaciones sin fines de lucro, lo que permite mantener el alquiler a precios moderados.