Prevención individual y medidas sociales
Tal y como apunta la OMS, el sobrepeso y la obesidad, como el resto de enfermedades no transmisibles vinculadas, pueden prevenirse. Para ello, son fundamentales entornos y comunidades favorables que promuevan la actividad física y en los que la opción más sencilla, asequible y disponible en materia de alimentación sea también la más saludable. En el plano individual, se puede prevenir el desarrollo de sobrepeso y obesidad asegurando una dieta equilibrada que limite la ingesta de grasa y azúcares y realizando actividad física de forma periódica, pero es de vital importancia que exista un apoyo social para que estas medidas se puedan llevar a cabo. Tal y como apunta la Organización, para que los individuos puedan seguir las recomendaciones de prevención, es necesaria “la ejecución sostenida de políticas demográficas y basadas en pruebas científicas que permitan que la actividad física periódica y las opciones alimentarias más saludables estén disponibles y sean asequibles y fácilmente accesibles para todos, en particular para las personas más pobres. Un ejemplo de una política de ese tipo es un impuesto sobre las bebidas azucaradas”. También la industria alimentaria puede desempeñar un papel importante en la promoción de dietas sanas reduciendo el contenido de grasa, azúcar y sal de los alimentos procesados; asegurando que las opciones saludables y nutritivas estén disponibles y sean asequibles; limitando la comercialización de alimentos ricos en azúcar, sal y grasas; y garantizando la disponibilidad de opciones alimentarias saludables.