Victorias más holgadas
Todos los catalanes, sin excepción, sabemos que en el tema del independentismo estamos divididos: hay dos bandos, y lo que es peor, los dos están muy igualados. Los no independentistas recuerdan continuamente el famoso 47,8%: el tanto por ciento de ciudadanos que el 27 de septiembre del 2015 votaron a favor de la secesión. Lo hacen para recalcar que los catalanes que piensan así no llegan al 50%. No obstante, sabiendo que los números son tan parejos, la verdadera reflexión va más allá: ¿cuál debería ser el método más adecuado para contar los votos y determinar quién es el vencedor en un tema tan serio y complicado?
Si con acuerdo previo entre las partes algún día se organiza un referéndum sobre la independencia de Catalunya –uno de los países más civilizados del mundo y con una cultura milenaria–, la victoria con tan sólo la mitad más uno de los votos no se debería permitir. Estamos en el Mediterráneo y aplicar aquello tan nuestro de los dos tercios sería mucho mejor. Incluso en Roland Garros han suprimido el tradicional tiebreak en el último set. Es lógico: los partidos importantes merecen victorias más holgadas.
JORDI QUEROL PIERA Suscriptor Barcelona