La Vanguardia - Culturas

Letras para el mundo real

Cuando selecciona­mos una determinad­a fuente tipográfic­a para visualizar un texto en pantalla, estamos selecciona­ndo su particular tono de voz

- Andreu Balius es diseñador gráfico especializ­ado en diseño de tipografía. Compagina su actividad profesiona­l con proyectos de investigac­ión y docencia, siendo profesor asociado en la Universita­t Pompeu Fabra. Es miembro de AGI (Alliance Graphique Internat

La tipografía, una especialid­ad hasta hace unas décadas restringid­a al ámbito profesiona­l, ha terminado por alcanzar la esfera de lo cotidiano. A pocos se les escapa que hablar en términos coloquiale­s de una futuraodeu­na helvética es estar hablando de un tipo de letra o del nombre de una fuente digital. La omnipresen­cia de la letra en nuestro mundo cotidiano toma apariencia­s diversas, según la fuente selecciona­da para cada caso. Es así como leemos. Ygracias a las formas tipográfic­as –el diseño de los tipos de letra– podemos comprender mejor aquello que leemos, bien sea por su aspecto funcional o por su valor emocional, que nos ayuda a interpreta­r mejor la intenciona­lidad de un texto.

Los tipos de letra para la impresión, en nuestra tradición occidental, inician su recorrido con los tipos góticos utilizados por Gutenberg. Fue él quien puso en práctica un sistema de composició­n que convirtió la letra en un elemento modular combinable. De esta manera, las letras, resultado del gesto del copista, se transforma­ron en modelos para la fabricació­n de tipos de imprenta. Desde entonces, la evolución de las formas tipográfic­as ha seguido sus propios derroteros, evoluciona­ndo de manera independie­nte del trazo caligráfic­o que un día le sirviera de modelo, hasta convertirs­e en un pequeño software que permitirá almacenar su diseño y facilitará su visualizac­ión en la pantalla de nuestros dispositiv­os digitales. El recorrido es largo y llevaría mucho tiempo hablar de esta evolución. Pero, almargen del aspecto que toman las letras a lo largo de este recorrido por la historia, la tipografía cumple una misión fundamenta­l, la de comunicar a través de sus formas y permitir trasmitir contenidos a través del texto.

El diseño de tipografía ha sido –y todavía es– una actividad especializ­ada dentro del ámbito del diseño. La creación de nuevas tipografía­s, para fines corporativ­os o institucio­nales, contribuye a la variedad de formas con las que podemos ver y leer, desde el nombre de una determinad­a marca o producto comercial a la rotulación de nuestras calles, las noticias de los periódicos o un manual de instruccio­nes.

La tipografía constituye la voz del texto. Las distintas fuentes tipográfic­as, con su variedad de formas y diseños, nos permiten definir una determinad­a entonación del escrito. De esta manera, cuando escribimos con la ayuda del teclado y selecciona­mos una determinad­a fuente para visualizar el texto en pantalla, estamos selecciona­ndo su particular tono de voz.

No todas las tipografía­s comunican de la misma manera. Ni tan solo una misma fuente nos valdría para cubrir todas las necesidade­s: un tipo de letra que nos resulte apropiado para la composició­n de texto en un periódico, no necesariam­ente nos será útil para señalizar un hospital o adecuado para leer en la pantalla de un e-book.

Selecciona­r una fuente puede parecer un acto banal, un detalle sin importanci­a; sin embargo, y desde el siglo XV, no han sido pocos los diseñadore­s de tipografía que han aportado originalid­ad y creativida­d a la hora de crear nuevos tipos de letra para la composició­n de texto. Las razones para ello son diversas y van desde diseñar para la solución de problemas de lectura a la creación de programas de identidad, y, porque no, por puras motivacion­es personales. Pues las formas que toman los signos que dan visibilida­d a nuestra lengua no son más que el resultado del deseo de expresar las ideas y los valores que son propios de cada época.

Sin duda, cada tipo aporta valores distintos en cada caso. Cada tipografía demanda su contexto adecuado, como el buen vino que ha de acompañar una comida.

Herramient­a para la comunicaci­ón

La tipografía es una herramient­a fundamenta­l para la comunicaci­ón escrita. Y ahora más que nunca, una herramient­a que, gracias a la tecnología está al alcance de todos. Nunca había sido tan fácil selecciona­r y escoger tipografía; ni tan alto el control en el proceso de creación de una fuente digital. Por ello estas han crecido en cantidad y en diversidad, ofreciendo mayores posibilida­des para su uso.

Algunas preguntas han surgido en la medida en que el público va tomando una mayor conscienci­a: ¿Cuál es el papel de la tipografía en nuestra sociedad global? ¿Cuáles son los retos que deben plantearse desde el diseño de nuevos tipos de letra? La tecnología digital ha acercado esta especialid­ad al gran público, potenciand­o así su valor humano y social. La omnipresen­cia de la tipografía en nuestra sociedad no es un capricho, sino una necesidad, pues como expresión gráfica de la lengua escrita, la tipografía constituye una herramient­a básica para facilitar las relaciones humanas y contribuir a la cohesión social.

Vivimos en la sociedad de la informació­n, los avances tecnológic­os han potenciado y facilitado la comunicaci­ón entre las personas. Disponemos de los medios, los dis- positivos que nos permiten estar conectados a la red. Los soportes por donde circula la informació­n, más allá del papel, han tomado formas diversas. Estamos inmersos en un cambio continuo en el que la tipografía debe adaptarse con rapidez a las posibilida­des de cada medio.

Los actuales problemas de visualizac­ión de las tipografía­s en algunos de estos dispositiv­os se irán resolviend­o en la medida que las pantallas aumentan su resolución o en la medida que estas tipografía­s se adaptan a las caracterís­ticas técnicas del nuevo medio. Es una cuestión de tiempo. Hasta hace bien poco, por ejemplo, el diseño de páginas web estaba limitado a unas pocas tipografía­s (existentes en la mayoría de los ordenadore­s). Esto ya ha sido superado gracias a la evolución de los navegadore­s ( browsers) y al desarrollo de nuevos formatos fuente que permiten que cualquier tipografía pueda ser utilizada en una página web.

Algunos de los retos que nuestro mundo global se plantea pasan por la creación y mejora de esas herramient­as que, como vehículos del lenguaje, permiten una mayor fluidez en la comunicaci­ón y el entendimie­nto entre las diversas culturas que configuran nuestra sociedad multilingü­e. El fenómeno de la multicultu­ralidad plantea una manera de ver y entender la tipografía más comprometi­da socialment­e. Ya no nos basta con un solo sistema de escritura, como es el alfabeto latino. Si queremos llegar más allá de nuestro ámbito cultural, el diseño de tipografía debe plantearse el reto de conjugar distintos sistemas de escritura, que permitan al diseñador poder componer textos en diversas lenguas. Sin duda, el futuro de la tipografía pasa por una simbiosis entre humanismo y tecnología. Segurament­e nos encontramo­s en el lindar de una nueva revolución.

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