Tournier, autor de culto
Narrativa Alfaguara reedita en un tomo sus tres primeras novelas
Es difícil no asombrarse por el hecho de que un autor, que en este caso responde por Michel Tournier (París, 1924), debutase en 1967, a los 42 años. con la novela Viernes o los limbos del Pacífico (premio de la Academia Francesa), seguida en 1970 por El Rey de los Alisos (premio Goncourt), y en 1975 apareciera la tercera, Los meteoros. Una trilogía de primeras novelas deslumbrantes que invalidaban los postulados del nouveau roman. Surgía un narrador de cultura franco-germana, abducido por la filosofía, discípulo de Maurice Gandillac y Claude Lévi-strauss, con un proyecto literario bien cuajado, que pretendía ir más allá de la ficción y cuyo timbre de voz sonaba original. Creo que José M.ª Valverde lo describió bastante certeramente: “Escritor de excelente prosa, que infunde un carácter alegórico a situaciones y personajes, como buscando la secreta sintonía del curso de la Historia con mayúscula y de su destino personal”. Añadiría que en sus novelas Tournier suele apoyarse más en los símbolos que en la realidad.
Las tres obras ahora reunidas en un grueso volumen, iluminan la singularidad narrativa de Tournier y lo que aportó a la literatura francesa de la última mitad del siglo pasado. Viernes o los limbos del Pacífico –recuerdo con qué fruición la devoré– reelabora con precisión el complejo mito de Robinson Crusoe pero, he aquí el sentido de la reescritura, priorizando el punto de vista de Viernes, el supuesto salvaje de Defoe. De modo que es una estupenda novela de aventuras, a la altura del texto de origen, y, al mismo tiempo, una profunda reflexión intelectual sobre la dualidad de los humanos y la formulación de un nuevo orden moral, contrapuesto al del colonialismo británico que personifica Robinson. Tournier es de los que creen que una buena novela puede o debe ser algo más que una obra de ficción. Quizá por eso mismo, por aspirar a más, el tiempo no ha hecho mella en Viernes o los limbos del Pacífico. Sigo pensando que se trata de su mejor libro.