Política y razón poética
Jesúsmoreno Entrevista al editor dela obrade Zambrano
Jesús Moreno dirige el proyecto para publicar las obras completas de María Zambrano, un proyecto que ha comenzado a materializarse de la mano de Galaxia Gutenberg/círculo de Lectores, y que cuenta con la colaboración de la fundación que lleva el nombre de la pensadora.
¿Cuál ha sido el principal reto al ordenar y clasificar su legado?
Hemos revisado su archivo, documento a documento, y hemos tenido que fotocopiarlo entero, escanearlo e informatizarlo. Naturalmente, ello ha ido acompañado de la revisión de todas las publicaciones –libros y artículos, estos últimos sumamente dispersos en periódicos y revistas europeos e hispanoamericanos– de Zambrano. No ha sido tarea menor el haber ido pudiendo leer adecuadamente el inmenso volumen de inéditos.
‘Persona y democracia’ está considerado como el último libro político de la pensadora. ¿Cómo evolucionó su obra?
Tal vez pueda servir como indicación de la evolución de su obra el propio título que le di al libro conmemorativo del centenario de la autora (en el 2004), y publicado por la Residencia de estudiantes: De la razón cívica a la razón poética. Esa es claramente su evolución, bien entendido que esa “razón cívica” permanece siempre en este pensamiento pero subsumida en la razón poética, que precisamente se hace “eficaz”. Se trata de una antropología poética que abisma la historia en las raíces trágicas ymísticas de la condición humana, y en la que adquiere relevancia su investigación sobre los sueños y los tiempos. Podemos decir que se realiza una verdadera “personalización” y “espiritualización” de la historia.
Dice que “el pensar de Zambrano fue un gran fracaso”. ¿Por qué motivos?
Ella misma habla de sus libros y escritos como “restos de un naufragio”, además de que toda su obra es una honda reflexión sobre el fracaso del hombre y de la historia, que sigue siendo para ella esencialmente “trágica” e incluso “apócrifa”. Su azarosa vida, su propio exilio, le impidieron llevar a cabo sus más grandes proyectos teóricos, quedando su obra muy fragmentaria, aunque tal vez en ello radique su mayor gloria: haber señalado –más allá de Heidegger– los “claros del bosque” que anidan en el corazón humano, tras de toda destrucción, como los centros sutiles de nuestra más íntima e inviolable libertad y esperanza.
También explica que “rezaba todos los días”. ¿Qué importancia tiene la mística en su “razón poética”?
Sí, “rezaba” todos los días, diríamos que en una constante oración contemplativa, donde ciertamente ocupa un lugar esencial el Espíritu Santo, el Amor, en perfecta consonancia con el sentido que en ella tiene la mística. Por tanto, oración y mística van por completo entrelazadas a la “razón poética”, en una especie, diría yo, de “fenomenología de la respiración” que antecede a cualquier otra de la “percepción”. Las obras últimas de Zambrano son al par una Filosofía de la mística, hacia los centros mismos de nuestro “aliento” vital.
En algunos de sus textos hay una crítica cultural a Occidente que puede leerse hoy como si fuera actual. ¿Qué pensaba Zambrano de Europa?
Desde la primera edición de El hombre y lo divino, Zambranovaseñalando cómo “Occidente avanza hacia su suicidio”. Europa, Occidente, y en la visión final de Zambrano, ya el mundo entero, arrasado por nuestro “color de imperio, de comercial imposición”, de sólo “razones técnicas” que han reducido el alma a la psique mecanizada, sólo puede ya disponerse a “renacer”, pues ha llegado a un total sueño de obstáculo –que ella analiza muy bien sobre El castillo de Kafka–, se diría que a un muy trágico suicidio que conlleva la extensión a todo el planeta del más grande “sacrificio”. Pero también señala su esperanza en una era –en un cambio de “ciclo”– en que sea posible ese renacimiento del hombre. “Ahora es cuestión de volver a nacer”, escribió.