Elhumorcomo armaoarmadura
La galería Marlborough suma calidad y originalidad en esta muestra sobre el ego en la que dialogan distintos estilos y generaciones
Es evidente el interés de las galerías de arte por renovar la complicidad con sus clientes y conectar con un público cada vez más amplio. Eliminar esa suerte de muro invisible que impide que algunas personas entren y disfruten con las obras que allí se exponen. Y hacerlo sin perder un ápice de calidad en el trabajo que defienden y sin salirse de la línea que les define como galería. Para ello hace falta usar la imaginación y tener buenas ideas. La suma entre calidad y originalidad es siempre un buen punto de partida, y esto es precisamente lo que encontramos en la exposición Ego Yo Yo mío mío, en la galería Marlborough de Barcelona. Se trata de una exposición colectiva diferente, que retoma la experiencia Propios y extraños, programada anteriormente en su sede de Ma- drid, con una muestra formada por dieciocho artistas, cuatro de los cuales están vinculados a la trayectoria de la galería, mientras que el resto han sido invitados por el comisario.
Y para esta primera edición en Barcelona, qué mejor que contar con el apoyo de alguien con el conocimiento y la creatividad de Juan Bufill –cineasta, fotógrafo, poeta y crítico de arte–, que ha seleccionado a los artistas participantes, entre cuyo trabajo ha establecido un diálogo muy interesante. Aunque pertenecen a distintas generaciones y se expresan con diferentes lenguajes y estilos, tienen en común un interés por la condición y la experiencia humana, lo cual apunta directamente al ego, que es el tema protagonista de esta muestra.
Proyecciones y excesos
Ego yo yo mío mío es una exposición sobre el ego y sus manifestaciones, proyecciones y excesos. La muestra propone diversas reflexiones sobre un tema que si bien podría ser considerado como central en cualquier época histórica, lo es especialmente en un presente marcado por la codicia y la crisis económica, así como por los crecientes síntomas de narcisismo y ostentación banal que se dan en las redes sociales y mediáticas.
Las cincuenta obras que forman esta exposición exploran el ego con casi todos sus matices (y algunas coincidencias). Jordi Saladrigas yMarcos Palazzi, por ejemplo, remiten a la familia como entorno que alimenta nuestra ego por primeravez. Aunque en un sentido diferente, Paula Ospina coincide en presentar espacios domésticos en sus fotografías. Vemos egos que se expanden, que se ensimisman, que se sueñan y que se ponen medallas. También los hay que se esconden tras una máscara, como en las imágenesdesdobladas de Luis Gordillo o las esculturas de John Davies. Posiblemente, Nico Nubiola y
‘Ego yo yo mío mío’ es también una apuesta por la libertad creativa sin fronteras ni jerarquías
Samuel Salcedo presentan la visión más humorística y caricaturesca del ser humano, en sintonía con las escenas de Cesc Riera.
Ego yo yo mío mío es también una apuesta por la libertad creativa sin fronteras ni jerarquías entre lenguajes artísticos, donde pinturas, fotografías o esculturas de reciclaje comparten espacio con una instalación más conceptual y dibujos de cómic. Y en todos ellos, la ironía y el sentido del humor se emplean como arma o como armadura.