La Vanguardia - Culturas

Nunca digas “yo nunca”

El autor y director Iván Morales –tras el éxito de su anterior obra, ‘Sé de un lugar’– convierte a un grupo de actores en jóvenes desarraiga­dos que forman su propia familia a ritmo de rock and roll

- EDUARD MOLNER

La escritura teatral de Morales es fresca; como el primer Mamet, sigue la pista de lo que se oye en la calle, en el bar, en casa...

Jo mai (Yo nunca) es la historia de unos tipos que se dirigen al público sin hacer el esfuerzo de ser correctos políticame­nte. Son machistas o racistas, o violentos, o todo a la vez. Son los tres carne de cañón, pero uno de ellos ha sido un personaje famoso en televisión: “¿Cómo es la fama, Isi?”, pregunta Frank. “Bueno”, contesta. “¿No mola?”, persevera Frank. “La fama es que te ame gente a quien no le importas”, sentencia Isi. ¿Y la pasta? “Se acaba muy rápido si no sabes para qué la quieres”. El famoseo no trae la felicidad. Lo sospechába­mos.

La escritura teatral de Morales es fresca. Como el primer Mamet, sigue la pista de lo que se oye en la calle, en el bar, en casa. Aunque sabe perfectame­nte que no todos hablamos igual. Todo el mundo tiene los padres que tiene y ha ido a una escuela determinad­a, ha jugado en la calle, o ha llevado uniforme. Los tres amigos, Frank, Isi y Maxi, son subalterno­s. Entre ellos tienen una amistad fraternal. Pero entre ellos y el mundo, la vida es complicada.

Simultánea­mente, Julia y Guille tienen una relación pasional, violenta. Él le pega mucho y ella le devuelve lo que puede. Aunque ella no “come animales” porque antes de ser comidos han muerto de manera violenta. La cultura popular está llena de contradicc­iones, la cultura dominante está unificada por el estado. Pero la cultura popular hace esfuerzos, intenta abrevarse en fuentes que den sentido a la lucha por la vida. Bob Marley, por ejemplo: “Todos te harán daño de un modo u otro. La cuestión es saber por quién vale la pena sufrir”.

De eso va Jo mai, la nueva pieza de Iván Morales, actor, guionista, dramaturgo y director de teatro. Va de que la vida no será nunca un camino de rosas, escojas lo que escojas, sobre todo si has nacido en un barrio chungo. Así pues, puestos a pasarlo mal hay que escoger bien al lado de quién harás el camino, compañero. Pero una vez has escogido al amigo, la mujer, eso ya no se cambia. Ya no. Es para siempre. Porque salir adelante no es fá- cil, y quizás necesitará­s a alguien para conseguirl­o. No hay nada más fuerte que el vínculo que crea el auxilio prestado en el momento decisivo al amigo de la infancia, al hermano de elección. La solidarida­dentendida comohechos, no comopalabr­as, el compromiso enten- dido como entrega absoluta, incondicio­nal, no como retórica. Porque la historia que han vivido estos chicos no entiende de terapeutas, abogados o bienestar social. Su historia sólo entiende la mano dada en el momento oportuno. Fidelidade­s de infancia que son de por vida, como las de Sleepers de Levinson.

Morales explica historias. Como muchos dramaturgo­s de ahora se atan a una anécdota poderosa que los debe llevar a expresar aquello que quieren decir. Es un recurso que tiene la ventaja de ser atractivo si la anécdota atrapa, claro. Sé de un lugar atrapaba, porque la historia de amor se explicaba desde la periferia de los detalles. Un detalle, por ejemplo, vivido muchos años antes de que cualquier historia de amor fuera posible. Un detalle de la infancia. Porque ahí hay petróleo, en la infancia. Es como una especie de oráculo que casi lo puede explicar todo, todo lo que ocurre después, naturalmen­te.

“Dios está en los detalles” le dice el escritor maduro al joven aspirante a literato en La mujer difícil de John Irving. Podemos explicar la historia de muchas maneras pe-

ro si ponemos detalles, la humanizamo­s. Y aquí la música es importante. Morales entiende que cada momentoimp­ortante de la vida tiene para sus personajes una banda sonora. Como el Rob Gordon de High Fidelity, la novela de Nick Hornby, sus personajes cantan, o cantan por dentro, tienen la música en la cabeza, y las historias de las músicas también.

Sé de un lugar de Triana era el tema del que colgaba todo en la anterior obra de Morales. Aquí, Duppy conqueror de Bob Marley. Una canción que tiene que ver con un momento de superación del padre del reggae; Marley se encontraba en horas muy bajas y la letra habla de eso, de los demonios interiores que hay que vencer para salir adelante. En las dos piezas las canciones son inicio y final. Morales parece tener debilidad por empezar y acabar en el mismo lugar. Y aquí, más allá de una técnica de dramaturgi­a que busca atrapar al espectador, jugar con su expectativ­a, a partir de esas metáforas musicales que en los dos casos tienen que ver con renacimien­tos personales. En Jo mai el juego de roles y situacione­s se puede complicar porque hay cinco personajes en escena. Pero sobre todo porque hay una voluntad de romper la linealidad del tiempo de la ficción y la ilusión de la representa­ción en el ahora y aquí con una especie de soliloquio­s que recuerdan Our Town de Thorton Wilder, porque apelan directamen­te al público y no sólo hacen referencia a la peripecia vital, sino que acompañan, a la manera del narrador omniscient­e, la historia de la escena que ocurre al lado.

El Iván Morales guionista de ci-

En ‘Jo mai’ la música es importante y cada momento decisivo de la vida tiene su banda sonora

ne sabe por experienci­a que la industria no está para experiment­os. En esta época de retirada del dinero público y calamitosa pérdida de audiencia, nadie quiere riesgos. Pero aún nos queda el teatro. O, por lo menos, un sector del teatro. Hacer participar al espectador con su imaginació­n es un juego agradable para el autor, que así se sitúa en el plano de proponer. Es una dimensión que sin perder el entretenim­iento puede alcanzar rincones de la realidad que no están exactament­e a la vista, que van más allá de las sorpresas y de los llamados MacGuffins y todas las técnicas de captación de la atención.

Jo mai es una probatura. Quizás hubiera sido más fácil hacer una segunda Sé de un lugar al estilo Antes del anochecer de Linklater, que ya va por la tercera parte, pero Morales ha querido andar por senderos nuevos. Veremos los resultados.

 ?? FOTOS: HELIO REGUERA ?? Arriba, de izquierda a derecha y de arriba abajo, el autor y director Iván Morales y los actores de ‘Jo mai’: Àlex Monner, Laura Cabello, Marcel Borràs, Xavi Sáez i Oriol Pla. A la izquierda, los actores en una imagen conjunta
FOTOS: HELIO REGUERA Arriba, de izquierda a derecha y de arriba abajo, el autor y director Iván Morales y los actores de ‘Jo mai’: Àlex Monner, Laura Cabello, Marcel Borràs, Xavi Sáez i Oriol Pla. A la izquierda, los actores en una imagen conjunta
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain