El increíble nuevo amanecer de los ‘bolsihijos’

¿Qué hacer cuando uno quiere conocer a un mago de las letras? Buscar su nombre en las Páginas Amarillas. Eso hizo Gabriel Bravo, de Editorial Morsa, cuando decidió reeditar La noche de la Améri

ca agonizante, de Curtis Garland: “Me gustaba la alegría que transmitía en su no derrota y su amor a Teresita. Cuando ella murió, lo convencí para que escribiera su autobiografía, y gracias a Pérez Andújar, lo hizo como si le fuera la vida en ella”. De esa pasión también habla Cantavella: “Fui en plan visita al maestro, porque yo había empezado una novela que jugaba con dos de las suyas, pero a él le hizo una ilusión tremenda, como si le hiciera un favor. Me dio una lección de humildad”.

Aunque otros sellos como Almuzara reeditan la obra de Marcial Lafuente Estefanía, y Guillermo Román y Joan Vallverdú ruedan un ambicioso documental, titulado A duro, que homenajeará a todo ese gang de escritores, Alberto Haj-Saleh, ideólogo de la colección Me

mento Mori en Alegoría, ha optado por encargar nuevas novelas populares. “Su clave es la desvergüenza, el atrevimiento de no aspirar a ser el rey, sino el bufón que toca las narices”, apunta el editor de delicias recientes como Perros del

desierto, de Francisco Serrano, y Nigromancia en el reformatorio femenino, de John Tones. Este último, que encabeza su aquilatado delirio pulp con una escena de ducha femenina coral (“Una declaración de intenciones”), añade: “El drama de la cultura pop que quiere ser respetable (como el Batman de Nolan) es que prescinde de estridencias, de locura y de humor. Es lamentable que nos hayan inculcado que lo grave y serio es más profundo”.

Si el pulp añejo bebía del Hollywood clásico, Laura Fernández lo hace de su paisaje emocional: “Tarantino tuvo Kung-Fu y Django. Yo tuve Los problemas crecen, Jurassic Park y Stephen King”. Pop a rabiar, ahora lanza La Chica Zombie con Seix Barral, pero también El Show de Grossman, una historia de cariz más juvenil y pulp, fresca como un burman flash en agosto, con Aristas Martínez, sello que editó recientemente la titánica Black Pulp Box (cofre-tesoro con nuevos bolsilibros, ensayos y cómics). Sus impulsores, Cisco Bellabestia y Sara Herculano, opinan que el pulp “ahora pone su imaginería al servicio de disciplinas tan dispares como la filosofía o el videojuego: sirve para entender el mundo”.