Respirar tiempo vivo
Laformación moral de un chaval en la posguerra
Les guerres del pare de Pere Rovira comparte con La marinada sempre arriba de Lluís Foix la idea de que el país tiene un pasado de pobreza y esfuerzo. De este pasado surge un periodista, con un papel relevante como corresponsal y comentarista político, o un profesor de literatura española, poeta en catalán y desde el 2007 en que se publicó L’amor boig. novelista. O como mínimo esto es lo que el lector que conoce a Pere Rovira puede pensar mientras lee el relato de la infancia y adolescencia del hijo del guarnicionero. ¿Quién es este chico? Es una de las incógnitas del libro, que esconde una carta fundamental. Relata la formación del chaval en Riba-Seca, y a través de la peripecia del mozo reconstruye la vida del padre, que se enfrenta a la familia y sale a buscar su destino, preparando arreos y guarniciones para machos y mulas. De por medio, la guerra y el servicio militar con Franco: el padre es uno de aquellos soldados de dos ejércitos que tardaron cuatro o cinco años en regresar a casa. Un invierno de heladas arruina a los campesinos y obliga al padre a cambiar de trabajo. La tercera parte explica la aventura de montar un casino, ligada con un conflicto urbanístico: la construcción de una urbanización y un hotel en una playa cercana, sin equipamientos sanitarios, que revive el enfrentamiento entre pobres i ricos, republicanos y franquistas. El hijo del guarnicionero es a Pere Rovira lo que la Riba-Seca de ficción es a Vila-Seca de Solcina (la Vila-Seca de Vila-Seca i Salou), donde el autor nació en 1947.
En el fondo la novela de iniciación no está tan lejos de unas memorias. La línea de tiempo es el vector principal del libro, que no acaba de ligar una trama novelística con nudo y desenlace. Las vivencias del guarnicionero y su hijo describen una moral, con historias que funcionan como ejemplos o apólogos. Enel caso de Joanet Cantó y su caballo Nano, delgaducho pero invencible en las carreras, o de los jugadores profesionales que pasan por la mesa del Florida, el establecimiento que regenta el pa- dre. El maestro del pueblo hace dictados con el Quijote, el guarnicionero viene a ser una especie de Quijote, y la novela que relata sus aventuras adopta la estructura de cuento de cuentos. La tertulia que organizan en la tienda enlaza con un mundo antiguo, basado en el diálogo, con una distancia respecto a las ideas, un relativismo saludable, que deja marca en el protagonista que revive la historia desde la frontera de los sesenta años.
Unodelosmomentosmás intensos de Les guerres del pare relata una cena en el Florida de los amigos de la tertulia del padre. El primer televisor ya ha llegado a RibaSeca, pero la gente se reúne para comer y hablar, beber carajillos y fumar caliqueños. El narrador da un paso adelante en el tiempo y describe aquel momento de felicidad, avisa que dentro de poco todos habrán muerto. Si no se ha perdido el recuerdo es gracias a la literatura. Pero el libro no es una reivindicación blanda del leer y escri-
Los beneficios de la literatura se ven en la capacidad del texto de evocar y preservar, interpelar y conmover
bir como manera de curar la herida de la pobreza y las humillaciones. No hay lugar para las grandes frases reivindicativas del valor de los libros. El chaval no es especialmente buen lector y los beneficios de la literatura se ven directamente en el texto, en su capacidad de evocar y de preservar, de interpelar y conmover.
“Així és també coms’ha d’escriure, al costat de la vida –escribe Rovira en uno de los pocos momentos autorreferenciales–, acompanyant-la i recuperant-ne. (...) Respirant temps. És el que faig ara; respiro temps viu.”