Desde China
Restaurar la tradición perdida, ya con los medios y con los modos propios de la modernidad, es uno de los objetivos de los artistas que participan en esta muestra
El centro Arts Santa Mònica cierra una etapa muy productiva con una muestra sobre las transformaciones del arte chino contemporáneo
Pure Views. Transformaciones del arte chino contemporáneo es la última exposición de una etapa del centro Arts Santa Mònica que comenzó en el año 2009. Durante estos casi cinco años se ha logrado reanimar un centro que ya no tenía una existencia relevante y sorprender con una programación ágil, interdisciplinar y variada, evitando tanto lo previsible como la cerrazón sectaria. Esta recortada etapa, que ha sido dirigida por el poeta Vicenç Altaió con la colaboración de Manuel Guerrero, ha incluido algunas exposiciones importantes y memorables, entre ellas Eugènia Balcells. Freqüències y Camps invisibles (dedicada a las ondas y las microondas). La etapa recién clausurada se puede considerar innovadora a nivel internacional y estimulante para el público interesado en las artes, la ciencia, la literatura y el conocimiento, y sobre todo en las relaciones entre estos ámbitos, habitualmente menos interconectados de lo que sería deseable.
El programa delASM era singu- lar y necesario, distinguido y útil, y sus insuficiencias eran sobre todo presupuestarias. Tras los recortes, el presupuesto anual era unas doce veces inferior al de otros centros barceloneses como el Macba e incluso el CCCB anterior al cese de su fundador, Josep Ramoneda. Este interesante y precario ASM los últimos decenios en el contexto del arte contemporáneo chino. Faltan aquí los artistas que se expresan mediante la fotografía (y los hay excelentes) y mediante otros lenguajes modernos, incluida la acción provocadora e incluso violenta. La selección privilegia sobre todo la pintura, pero también
La exposición muestra cómo el arte chino actual trata de enlazar con lo mejor de la tradición a través de medios y modos modernos
desaparece a cambio de una promesa hasta el momento no concretada, de un programa por ahora no explicado, que esperemos sepa generar propuestas sustanciosas en los próximos meses.
Lamuestra Pure Views, financiada mayoritariamente por el país invitado como lo fue también la de arte ruso contemporáneo del verano pasado, es un ejemplo de exposición interesante realizada con un presupuesto muy recortado. Viene a ponernos al corriente de una de las tendencias que han surgido en incluye algunos vídeos, instalaciones y esculturas.
En las muestras de arte contemporáneo chino que se presentaron a finales del pasado siglo (en el propio centro Santa Mònica se celebró una exposición ya en 1995) un tema fundamental era el conflicto entre la masa y el individuo, entre la uniformidad obligatoria y la libertad aún no conquistada. Predominaba entonces un arte de carácter crítico, aunque de expresión velada, y abundaban las pinturas satíricas donde el lenguaje era entre realista y grotesco. Lo que en China se denominó realismo cínico era muchomás crítico que cínico. Por ejemplo, distintos pintores representaban a ciudadanos que ostentaban unas risas como rictus forzados y uniformes, de obligada y falsa felicidad, para contentar a las autoridades, o incluso mostraban actitudes claramente serviles.
Este tema, por desgracia, no ha perdido actualidad en China y la ha ganado en Europa, hasta el punto que ahora podría tener sus versiones occidentales, donde el amo no sería el burócrata comunista, sino el plutócrata especulador, el financiero destructor. Volviendo a China, es significativo que en los últimos años haya aparecido con frecuencia otra cuestión que subraya el comisario de esta muestra, Lu Peng, director del Museo de Arte Contemporáneo Chengdu: la conciencia de que la famosa revolución cultural maoísta logró en parte su objetivo de borrar de la memoria lo mejor de la cultura y la tradición de China. A este pasado en-
tonces desprestigiado hay que añadir otros cambios más recientes, que incluyen el derribo y la desaparición de barrios enteros de las ciudades chinas, de los que no queda memoria en las nuevas generaciones. Una instalación de Shi Jinson ( Barra de té) alude a esta cuestión con sus formas tradicionales y sus materiales de derribo. El programa de la exposición Pure Views no es pues una reacción, sino un intento de restauración, aunque en ocasiones parece conceder más atención al pasado que al futuro.
El díptico audiovisual Montaña Xue Dou, de Hong Lei, con su visión videográfica de un paisaje tradicional (una cascada), representa el propósito de esta exposición: enlazar con lo mejor de la tradición a través de medios y modos modernos. Este objetivo se logra con profundidad y riqueza expresiva en la instalación videográfica interactiva Otro estado de natu- raleza (2012), de Jin Jiangbo. Los espectadores se integran fugazmente en el paisaje, en forma de sombra o vestigio de sombra –se da un retraso y una distorsión temporal, y no sólo de imagen– y los movimientos de la sombra transforman el paisaje, lo rompen como una intrusión sólida en un agua antes quieta.
Otra obra relevante es la gran escultura en forma de roca (más de cinco metros de altura) Piedra de jardín rocoso núm. 120 (2007), en acero inoxidable. Más allá de una interpretación ideológica en clave de diálogo entre tradición y modernidad, toda la obra de su autor, Zhan Wang, posee una poética basada en las contradicciones entre forma y superficie: la piel de esta roca rugosa brilla como el agua bajo el sol o la luna. También es notable el vídeo de Zhang Peili Panorámica tras la ventana (2007). Representa la intrusión de lo peor de la modernidad en un lugar sereno, premoderno: un vendaval cuyos residuos son bolsas de plástico, basura industrial.
La selección privilegia la pintura, pero incluye también algunos vídeos, instalaciones y esculturas