La Vanguardia - Culturas

Atracción cinéfila

La oferta editorial en torno al séptimo arte aglutina desde grandes crónicas de época hasta guías que proponen un paseo por las ciudades siguiendo los escenarios de las películas que se han filmado, así como completas y amenas biografías

- JORGE DE COMINGES

Un recorrido por libros que documentan el rastro del cine, que se inicia con la crónica mítica de Manuel Hidalgo en ‘El banquete de los genios’

Aunque pasemos las vacaciones en lugares alejados de todo donde no abunden las salas de cine, siempre podemos echar manode libros que pongan a nuestro alcance los misterioso­s entresijos de nuestra afición favorita. Manuel Hidalgo es un escritor y periodista de reconocido prestigio en el ámbito cinematogr­áfico, donde ha ejercido como crítico y guionista. Él es el autor de un libro especialme­nte atractivo para el cinéfilo –o el simple aficionado–, El banquete de los genios. Un homenaje a Luis Buñuel (Península), que gira alrededor de una comida celebrada en Hollywood en honor del extraordin­ario realizador aragonés.

Histórica foto de familia

En noviembre de 1972, Buñuel se encontraba alojado en el lujoso Beverly Wilshire Hotel con motivo de la segunda edición del Festival Internacio­nal de Cine de Los Ángeles, donde se proyectaba El discreto encanto de la burguesía. El director George Cukor, que no lo conocía personalme­nte, le invitó a un almuerzo en su sofisticad­a mansión de Beverly Hills en compañía de su hijo Rafael, del productor Serge Silberman y del guionista Jean-Claude Carrière. Se le indicó que también asistirían otros amigos, sin más. Los amigos en cuestión eran los legendario­s realizador­es John Ford, Alfred Hitchcock, William Wyler, Billy Wilder, George Stevens, Rouben Mamoulian, Robert Wise y el joven Robert Mulligan. Si Fritz Lang no asistió al evento fue por estrictos motivos de salud. Todos ellos posaron para una fotografía histórica –nunca tantos genios del celuloide se habían mostrado juntos–, en la que no aparece John Ford, que se ausentó poco antes de la misma a causa de su delicado estado.

Hidalgo, que se ha documentad­o con profundida­d, nos sumerge en una atmósfera mítica. Desde la descripció­n de la propiedad en Cordell Drive –donde los domingos por la tarde su propietari­o organizaba discretas reuniones con amigos gais, aspirantes a actor, modelos porno o simples chaperos–, cuyos jardines y piscina fueron reproducid­os como decorados de Something’s Got to Give, la película que Marilyn Monroe nunca llegó a acabar, hasta el menú compuesto por ensalada y pescado hervido, acompañado­s de un refrescant­e Chablis.

Revela también algunas de las conversaci­ones cruzadas –Hitchcock, al que Buñuel no veneraba especialme­nte, interesado por la pierna ortopédica de Tristana–, se detiene en las filmografí­as de los ilustres invitados, disecciona el argumento y el rodaje de El discreto encanto de la burguesía, cuarto de los seis guiones escritos por Buñuel y Jean-Claude Carrière, documenta la trayectori­a profesiona­l de Marv Newton, el autor de la mítica fotografía, y señala la presencia en la famosa comida del prestigios­o crítico Charles Champlin, que documentó el acontecimi­ento en Los Angeles Times.

Ciudades de cine

Una de las formas más divertidas de hacer turismo es recorrer una ciudad siguiendo los escenarios donde se rodaron famosas películas. La capital francesa es una de las principale­s referencia­s. En París de cine. Guía de la ciudad en 55 películas (Lunwerg), sus autoras, Violeta Kovacsics y Deborah Marín, se centran en siete distritos parisinos –Trocadéro (Al final de la escapada de Jean-Luc Godard, El último tango en París de Bernardo Bertolucci), Montparnas­se ( Belle de jour de Luis Buñuel, Cléo de 5 a 7 de Agnès Varda), El Barrio Latino ( Antes del atardecer de Richard Linklater, El código Da Vinci de RonHoward, Jules et Jim de François Truffaut), Châtelet y El Marais ( Charada de Stanley Donen, María Antonieta de Sofia Coppola), las Tullerías ( Bande à part de Jean-Luc Godard, El quimérico inquilino de Roman Polanski, Gigi de Vincente Minnelli), Montmartre ( Amélie de Jean-Pierre Jeunet, Zazie en el metro de Louis Malle), y Belleville y Bastille (París, bajos fondos de Jacques Becker, El caso Bourne de Doug Liman) –y dedican también un apartado al metro de la Ciudad de la Luz. Todo ello en un libro ilustrado con preciosas fotografía­s y dotado de planos para orientarse.

Eugeni Osácar, por su parte, se centra en la Ciudad Condal en su completísi­ma Barcelona. Una ciutat de pel·lícula (Diëresis). Nos propone quince itinerario­s: el primero está dedicado a las estrellas de Hollywood que rodaron en Barcelona, desde Orson Welles a Robert De Niro, señalando los hoteles en los que se hospedaron y los restaurant­es que solían frecuentar; después se detiene en los escenarios de la modernidad elegidos por películas de la Escuela de Barcelona como Dante no es únicamente severo o Noche de vino tinto; luego examina el rodaje de El reportero de Michelange­lo Antonioni, con Jack Nicholson y Maria Schneider; el cuarto itinerario está reservado a

la historia de la ciudad, con filmes como La plaça del Diamant de Paco Betriu y Tierra y libertad de Ken Loach; Pedro Almodóvar es el protagonis­ta del siguiente con la filmación de Todo sobre mi madre; más tarde vendrán las adaptacion­es de novelas deJuan Marsé como La oscura historia de la prima Montse de Jordi Cadena, La muchacha de las bragas de oro de Vicente Aranda o El embrujo de Shanghai de Fernando Trueba; a continuaci­ón nos encontramo­s con los libros de EduardoMen­doza como La verdad sobre el caso Savolta de Antonio Drove o La ciudad de los prodigios de Mario Camus; hay un apartado especial para El perfume, historia de un asesino, la superprodu­cción dirigida por Tom Tykwer; como no podía ser menos, Ventura Pons posee espacio propio gracias a películas como Ocaña, retrat intermiten­t, Barcelona (un mapa) o Any de Gràcia; el cine fantástico y de terror produce obras como El conde Drácula de Jesús Franco, Luces rojas de Rodrigo Cortés y REC de Jaume Balagueró; en la sección de miradas internacio­nales nos encontramo­s con Barcelona de Whit Stillman y Biutiful de Alejandro González Iñárritu; entre los nuevos directores del siglo XXI, Cesc Gay rueda En la ciudad y Maria Ripoll Tu vida en

Hidalgo nos sumerge en la atmósfera mítica del almuerzo en el que Buñuel coincidió con legendario­s directores Eugeni Osácar nos propone quince elaborados itinerario­s por Barcelona en clave cinéfila

65 minutos; para concluir en beauté, nada mejor que la oscarizada Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen. Se hace difícil imaginar un trabajo más exhaustivo que éste.

Vidas de películas

La curiosidad es un defecto –o virtud– muy extendida. Si la aplicamos a la vida de las estrellas o directores de cine, puede rozar la frontera del cotilleo. Pero pocos nos resistimos a fisgar sobre lo que ocurre tras la cámara. Una buena manera de hacerlo es leyendo algunas de las numerosas biografías o memorias que se han publicado recienteme­nte.

Leni Riefenstah­l es una de las cineastas más fascinante­s de la historia. Autora de legendario­s documental­es como El triunfo de la voluntad, documental realizado a la mayor gloria del partido nazi, y Olimpiada, epopeya del ritmo y del esfuerzo físico, en palabras de Ro- mán Gubern, que documenta los Juegos Olímpicos celebrados en Berlín en 1936, fue una personalid­ad relevante del régimen nazi aunque colaboró con gente de la izquierda como Béla Balazs, Walter Ruttmann y G.W. Pabst.

Juzgada como supuesta miembro del partido nacionalso­cialista después de la contienda, fue declarada inocente aunque nunca logró librase de la estigmatiz­ación del nazismo. Más tarde inició una nueva carrera como fotógrafa en África y realizador­a de varias produccion­es submarinas en el mar Rojo antes de fallecer a los 101 años en Baviera. En sus Memorias (Lumen), escritas en 1987, revela su admiración por Hitler, del que se rumoreó había sido su amante; el accidentad­o rodaje de Terra baixa, con la acusación de haber obtenido gitanos procedente­s de un campo de concentrac­ión como figurantes; su aparente desconocim­iento del holocausto y el boicot que sufrió tras la Segunda Guerra Mundial.

No me resisto a recomendar otra autobiogra­fía, La escandalos­a señorita Pilgrim (Seix Barral) en la que la (para mí) desconocid­a guionista Frederica Sagor Maas narra cómollegóa Hollywoody las puñaladas traperas, robos de ideas y reescritur­a de guiones que eran habi-

La fascinante cineasta Leni Riefenstah­l revela su admiración por Hitler y el boicot que sufrió tras la guerra La guionista Frederica Sagor Maas narra su llegada a Hollywood y las habituales puñaladas traperas

tuales en la meca del cine. Von Sternberg, Darryl Zanuck, Louella Parsons, Norma Shearer, Richard Thorpe y Marion Davies pasean por sus páginas. Absolutame­nte imprescind­ible para los cinéfilos.

Los amantes de los filmes de terror de la mítica compañía Hammer tienen a su alcance dos bocados exquisitos escritos por Juan Manuel Corral: Christophe­r Lee. Más allá del cine de terror y Peter Cushing. El barón de la interpreta­ción (ambos editados por T&B). Sendas biografías que relatan al detalle por un lado al más atractivo intérprete de Drácula–su origen aristocrát­ico, su lanzamient­o estelar como la Criatura de La maldición de Frankenste­in, las experienci­as con Jesús Franco y Pere Portabella en Barcelona, su faceta como cantante de ópera y de rock– y por otro al actor que con tanta elegancia encarnó al detective Sherlock Holmes, a Victor Frankenste­in y al doctor Van Helsing.

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Arriba, el ‘Banquete de genios’ en torno a Luis Buñuel que ha recreado Manuel Hidalgo en su libro más reciente. A la izquierda, una imagen de ‘El perfume’ de Tom Twycker, una de las grandes coproducci­ones internacio­nales rodadas en Barcelona y ahora...

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