Santa Mònica plató
Resulta imposible extraer alguna pista de lo que va a ser el nuevo Arts Santa Mònica, ni siquiera si seguirá llamándose así. Lo único que sabemos esque su cambiode rumboestratégico es una decisión estrictamente institucional, y que no ha sido fruto ni de las demandas del público, ni de los colectivos artístico-culturales, ni de las propias derivas reflexivas adoptadas por el grupo de gestores que aún sigue allí. Como en los tiempos en que la planificación cultural se cuadriculaba en los despachos, sólo los actuales dirigentes de la Conselleria de Cultura saben lo que quieren hacer con ese espacio tras el cese inexplicable de su anterior director, Vicenç Altaió. Lo han contado alguna vez, pero poco se puede deducir de ello más que una suma de palabras fetiche que a estas alturas ya no nos impresionan: redes, innovación, punto de encuentro, escaparate de proyectos... Quizás uno de los aspectos más inesperados, y po- tencialmente interesantes, es la idea que en esta nueva orientación del centro se investigará en los formatos televisivos, un campo de trabajo experimental realmente necesario, porque existe un gran interés entre los jóvenes en hacer cosas distintas en televisión y en las redes, un deseo que choca con un modelo audiovisual excesivamente cerrado. Ahora bien, ¿qué se en- tiende de verdad aquí por formatos televisivos? ¿quizás que en Santa Mònica se impulsarán prototipos de programas que podrían extenderse y tomar forma serial en el canal 33 o en cadenas locales? ¿O se trata simplemente de convertir Santa Mònica en un plató desde el cual grabar algún programa ‘cultural’ del tipo que ya conocemos? No tardaremos en saberlo.